Michael Reichmann, que es un fotógrafo de «alta gama» y que suele ser una persona juiciosa en sus análisis, escribe hoy en su WEB Luminos-Lansdcape un interesante artículo de opinión, casi un pequeño ensayo, que lleva por título: «Rationalizing the Irrational», y naturalmente trata del disparatado precio al que ha sido anunciada la nueva DSLR de Sigma, la SD-1.
El artículo está bien, y pienso que cuenta lo que más o menos todos hemos pensado al ver tan descabellado anuncio.
Animo a los que no estéis «peleados» con el inglés a leerlo. No es muy largo y es interesante. Para el resto, me atrevo aquí a hacer un resumen traducido libremente, que al menos os servirá para ver de que va la cosa.
El artículo dice más o menos esto:
La Sigma SD-1, como cuerpo, es una cámara normalita de la gama media baja. Luego eso no explica el precio.
El tamaño de los sensores encarece enormemente su producción, porque mientras más grande es un «chip» más posibilidades hay de que salga «malo» y haya que desecharlo. El rendimiento de las obleas de silicio es menor, y por tanto son más caras. Pero el sensor de la SD-1 es APS-C, y en ese tamaño el rendimiento es muy bueno. Luego la cuestión del tamaño tampoco justifica el precio.
Si el proceso de fabricación del Foveon, junto con su reducido número de unidades frente a la competencia, hiciera que el proceso fuera económicamente inviable, Sigma haría tiempo que habría arrojado la toalla. Ninguna empresa se arruina por vocación propia.
La única respuesta posible al precio fijado es porque la calidad de imagen que ofrece el nuevo sensor Foveón es muy superior a todo lo que existe actualmente en el mercado, a igualdad de tamaño, superando al FF, y rozando al formato medio. O al menos eso es lo que deben pensar algunos responsables de Sigma.
En el mercado hay otros ejemplos de productos sobrevalorados. La Leica S2 es uno de ellos, y el mismo Michael sugirió que si su precio bajaba algo las ventas aumentarían. Leica ha preferido situarse en un nicho de mercado más estrecho, pero más selecto. reducida producción y exquisitez. Y parece que no les va mal. Pero Sigma no es Leica. Más bien es la antítesis de Leica. No en objetivos, ni mucho menos en cuerpos.
En el mundo real, al menos en nuestro sistema, es el mercado el que decide los precios que deben tener los productos. La gente entiende que un Ferrari, un Rolls o similar valgan 200.000 euros, pero no entendería nunca que un Ford Focus (por ejemplo) costara 150.000 euros ¿no?
Si la SD-1 sale finalmente al mercado a un precio de unos 10.000 dólares, será un fracaso estrepitoso:
Veamos algunas de las razones que Michael argumenta para ello:
- Sigma no es una marca históricamente asociada con la más alta calidad, léase caro, en productos fotográficos.
- La tecnología Foveon X3 no es muy conocido y entendida por la mayoría de la gente.
- Aparte de su sensor, la SD1 tiene las especificaciones de una cámara de 1.000 dólares, no de 10.000.
- La cámara tiene montura Sigma, y se limita a objetivos de esta marca, no todos los cuales pueden ser de calidad suficiente para el nuevo sensor.
- El prestigio de Sigma, no puede justificar el precio. No tiene «caché» suficiente, como Leica, Hassel, y otros….
- La competencia en esta gama de precio es feroz: 645D Pentax, Leica M9, Nikon D3x, Canon 1Ds MKIII, y algunos kits de formato medio de bajo nivel, con unos volúmenes de ventas que van desde los pocos cientos a unos miles. Muy poquito para justificar un desarrollo.
- La nueva Sony A77 (o como se llame) tendrá un sensor de 24Mpixels APS-C por menos de 2.000 dólares, a finales de este año.
- Se espera que Canon y Nikon presenten nuevas cámaras de nivel profesional y 30 Mpixels este mismo año.
- Los concesionarios y distribuidores típicos de Sigma, ¿ podrán permitirse el lujo de estocar productos de 10.000 dólares, a ver que pasa luego ?
Incluso si la SD-1 tiene una calidad de imagen soberbia que destaca sobre las demás, es muy difícil que pueda sobrevivir en el competitivo mercado actual donde productos similares, con cuerpos muchos más serios, se sitúan alrededor de los 5.000 dólares. La Sigma, a 10.000 dólares tiene delante de si un camino imposible.
Y a partir de aquí Michael sigue con una serie de preguntas y respuestas que más o menos concluyen lo siguiente:
Sigma ha metido la pata y la ha metido hasta el fondo.
Lo único que la puede salvar es una corrección drástica del precio, y lo tiene que hace ahora mismo, muy rápido. Si no lo hace se estrellará.
Y digo yo. Oiga. ¿ Y si todo es una hábil jugada de «marketig» para que se hable de la cámara en todo el mundo, y dentro de unos días dicen que se han equivocado, echan a un par de directivos, y dicen que lo que querían decir era que el precio no era de 9.700 dólares, sino de 970 dólares ? ¿ Como se nos quedaría la cara a todos ?
Pues no lo parece, pero cosas más difíciles se han visto por ahí ………
Hala, que siga la fiesta y salud para todos.
Artículo – ensayo de Michael Reichmann ; Más madera: Ftc23M ; Ftc22M ; Ftc21M