Cuenta también «Fotoactualidad» que el profesor Harold Kung de la Northwestern University, en USA, dirige un grupo de ingenieros que ha conseguido un importante paso en el desarrollo de las baterías con las que funcionan toda nuestra cacharrería electrónica. Las baterías de iones de litio (Li-Ion).
La idea consiste en rellenar el espacio entre las hojas de grafeno que forman las baterías, con nanoclusters de silicona, con objeto de incrementar la cantidad de iones que puedan ser mantenidos en la batería.
Y todo esto, de lo cual la mayoría no habréis entendido nada, ni yo tampoco ¿que consecuencias tiene ?
Pues dos, y muy importantes: disminuye el tiempo de carga en un factor de 10, e incrementa su capacidad en un factor también de 10. Podríamos decir que incrementa la efectividad por 100.
El mismo equipo indica que están en una fase preliminar. Después de 150 ciclos de carga-descarga, la efectividad del proceso baja a un factor de solo 5. Aún hay cosas que mejorar, pero cualquier paso que se de en ese sentido es un paso en la buena dirección.
No tengo idea de si esta técnica será aplicable a las baterías de automoción. Si fuera así, la noticia sería doblemente buena, pues únicamente el coche eléctrico eficiente es el que podrá resolver el difícil problema del transporte en un futuro que no es ni mucho menos tan lejano.