Empiezo por el final. Nikon ha logrado con su sistema 1, y con permiso de la Pentax Q, casi – casi inventar un segmento nuevo encajándolo a codazos entre las compactas y las DSLR. Una verdadera proeza tecnico-marquetiniana que deja atrás a la imposible cuadratura del circulo.
La cosa va de que Iker Morán hace un análisis en profundidad de la Nikon V1, la cámara «buena» del sistema Nikon 1.
El análisis es completísimo, como siempre, y además de explicar las características, funcionalidades, botones, menús y demás aspectos relacionados con su manejo, presenta una amplia colección de imágenes de muestra, a resolución completa, en JPG y en RAW, imágenes de laboratorio y de calle, ejemplos de video, a Full HD y a alta velocidad. En fin, que hay de todo y para todos.
Pues bien, además de todo eso, Iker ha protagonizado un video explicativo que es casi un largometraje. Dura 9 minutos y de una forma amena y muy descriptiva nos explica las virtudes y otras cosas que no lo son tanto de esta, que es el buque insignia del nuevo segmento. Es buque insignia, porque la flota está compuesta solo de dos cámaras, y la J1 es algo más sencilla.
No os lo podéis perder. No puedo poner el enlace directo porque Iker aún no lo ha puesto. El video está sobre la mitad del artículo. Repito que no os lo podéis perder.
¿ Lo que más me ha sorprendido del video ? Pues una cosa, muy tonta, pero curiosa. En una comparación directa de tamaño con la Olympus E-PM1, el cuerpo es sensiblemente más pequeño en la Olympus PEN, y los objetivos son iguales, lo que no deja de ser curioso teniendo en cuenta que el sistema Nikon 1 equipa un sensor de 1 pulgada, y la Oly equipa un M4/3 que es bastante mayor. Incluso dentro del país del sol naciente hay categorías de «jibarismo».
En fin. Articulo estupendo y de mucho interés. Imprescindible para todos aquellos aficionados de perfil inquieto, también para los de perfil más apático, para los altos, para los bajos, para los altos, para los bajos, para los feos, para las guapas, y para toda la gente de buena voluntad. Para los banqueros y los políticos no es obligatorio, salvo que se afilien a alguno de los grupos anteriores.