Cuenta Steve’s Digicams que sesudos estudios de la corporación Market Insight (a la que por cierto, no tengo el gusto de conocer) indican que la característica más demandada en las cámaras digitales en estos últimos tiempos es la conectividad Wi-Fi, y que es el principal elemento diferencial entre los «smartphones» y las cámaras de verdad.
Dicen los estudios que la demande de esta característica crece mes a mes, y que las firmas que mejor han leído las ansias de los usuarios han sido Samsung (con el 17% del mercado) y Fuji (con el 13 %. No se a que mercado o a que segmento se refiere, pero eso es lo que cuentan.
El mercado es sabio. El mercado nunca se equivoca, y por eso yo (a veces) me siento más desplazado que nunca.
Yo nunca he necesitado la función Wi-Fi en una cámara, y no siento la necesidad imperiosa de compartir en las redes sociales, de las cuales no soy socio, una foto recién hecha. Por eso digo que soy un carcamal.
Eso si, soy un carcamal capaz de reconocer que esa utilidad si que puede tener interés para un fotoperiodista que necesita transmitir, casi on-line, lo que está fotografiando. Ya me cuesta mucho más entender la necesidad de transmitir y compartir instantáneamente las miles de foto-chorradas que se toman diariamente con los «smartphones».
No os preocupéis, son cosas de la edad. De la edad mental, y eso no tiene cura. Pero no es contagioso, y con no hacerme ni puñetero caso, estáis a salvo.
La transmisión instantánea de una foto creo que queda mas para el 3G y 4G, yo veo mas el Wifi para transmisión entre dispositivos de forma local, es decir, sin estar en la calle o en exteriores en general, para enviar de la cámara a un ordenador, a una tablet, o a Internet pero a través de un router local.