«Tu quoque, fili mi» (tu también, hijo mío) es la célebre frase que dicen dijo Julio Cesar cuando vio que Bruto (su protegido) también iba a por él en pleno Senado. Y digo que dicen que dijo, pues en aquel momento aún no existía ni Apple ni Samsung, y por lo tanto no había ningún «smartphone» para inmortalizar la escena.
Pues eso: Nikon ¿ tu quoque, fili me ?
Nikon reconoce, eso si extraoficialmente, a través de su Servicio Técnico, que algunas unidades de su absolutamente extraordinaria D800 correspondientes a los primeros lotes han salido con el visor óptico «chungo», pues no está correctamente alineado y la imagen está siempre desenfocada sin que se pueda corregir con el corrector de dioptrias.
Cuenta «Fotoactualidad» que es donde lo he visto, a través «Fstoppers» que los componentes necesarios para solucionar el problema no estarán disponibles hasta el próximo mes, y también cuenta que al fotógrafo nikonista miembro del NPS que denunció el problema, le ofrecieron una D800 a cambio, pero la disponibilidad de ésta, dado que Nikon está muriendo de éxito, puede tardar más que el propio repuesto.
Se espera nota de prensa oficial en breve que amplíe información sobre las unidades afectadas y explique el procedimiento para su solución, que inevitablemente precisará un paso por el taller.
Reflexiones tontas:
- No es grave, pues no afecta a la calidad de la imagen, pero si que es muy feo.
- Demuestra que incluso a Nikon le queda trazas de rasgos humanos. No está libre de pecado. También se equivoca y comete errores.
- Ahora solo queda ver el señorío de la firma al reconocer el problema y su eficacia en la pronta solución. No nos defraudes.