Iker Morán y Álvaro Méndez publican en «Que sabes de» un artículo que titulan «Prueba de campo de la Nikon D4», pero en realidad es una muy amplia toma de contacto, una prueba de campo y un análisis en profundidad, las tres cosas a la vez.
Es muy completo e interesante, sobre todo para los profesionales Nikonistas que ya hacía tiempo la esperaban. No se desvela nada nuevo, porque simplemente no hay nada nuevo que desvelar.
La Nikon D4 es un tanque: robusto, seguro, fiable y profesional, ni más ni menos, lo que se esperaba de ella. Vale, a veces se cuelga, pero se resolverá en breve. Ftc 5-5-2012
A modo de resumen me permito copiar aquí los dos últimos párrafos del artículo, que me parecen un excelente colofón al mismo.
Iker y Álvaro dicen esto:
No hay grandes novedades porque, sencillamente, no hacían falta. Siempre se podría pedir algo más o soñar con inventos que algún día llegarán (pantalla táctil, visores híbridos…), pero en este caso Nikon ha optado por una vía más conservadora y segura: algo más de velocidad, algo más de resolución, detalles de los que cuentan (conectividad, ergonomía…) y un enfoque perfeccionado.
Con un precio más alto del que gustaría a los profesionales -y en estos tiempos más que nunca-, el mayor enemigo de la D4 puede ser -como decíamos- la D800. Pero no hay que olvidar que son cámaras muy diferentes. Frente al carácter todoterreno que ha asumido la segunda, la D4 es ni más ni menos que lo que se esperaba de ella: una herramienta profesional y muy especializada de la que se esperan resultados y resistencia, no grandes novedades.
Yo, como aficionado, si me lo pudiera permitir, escogería la Nikon D800E, y mi primer objetivo sería el Nikkor 24-70F2,8 utilizado en esta prueba, pero reconozco que la D4 hará felices a muchos profesionales.