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La pelotita y el conejito moderno. Va de retro, Satanás. Pero si queréis saber más, tendréis que entrar

Se llama así: iCandy DSLR mount

Es una simple tontería curiosa, pero que puede ser una buena idea.

Cuando yo era un niño tenía un padrino que era fotógrafo. Era fotógrafo profesional, de esos de estudio, que hacían retratos de boda, o simplemente «retratos». Era cuando los novios, vestidos de riguroso blanco y pingüino, tenían como cita obligada el pasar por el estudio de un fotógrafo para hacerse las «fotos de boda». También cuando la gente «iba a hacerse un retrato».

En muchísimas ocasiones lo había visto trabajar, tanto en el estudio, como en el laboratorio. Se pasaba horas retocando con pinceles directamente los enormes negativos, siempre en blanco y negro, sobre una mesa de luz. Como ya me tiraba el gusanillo, allí fue donde hice mis primeras ampliaciones, supe a que olía el ácido acético del baño de paro, y me maravillé cuando de un papel iluminado por la luz roja del laboratorio, salía, como por arte de magia, una imagen en la bandeja del revelador.

Una de las cosas que se me quedaron grabadas era la dificultad de hacer fotos a niños pequeños. Me refiero a esos locos bajitos, que decía Gila, cuando tenían muy pocos años, o incluso ninguno.

Sentar a un personaje de ese tamaño en una especie de taburete, rodeado por unos extraños focos y pantallas, y frente a una inmensa cámara de placas con un enorme ojo central, cual Cíclope Eurípediano, conseguir que no se echara a llorar, y encima, atraer su atención si es posible con una sonrisa, era una labor titánica a la que se entregaba con verdadera pasión e infinita paciencia.

Para ello tenía una serie de artilugios que le servían de ayuda. Me acuerdo de una pelota de goma de muchos colorines que hacía botar delante de la criatura en el sitio donde quería que dirigiera la vista, o también un conejito en plan peluche de esos que silbaban al apretarlos. Se pasaba así mucho tiempo, siempre con la «pera» del disparador por cable en la mano, en busca del instante adecuado. Si la cosa no salía bien, al cuarto oscuro, a cambiar la placa, y a volver a empezar, y todo ello «a ojo», pues entonces no había previsualización, solo había experiencia y mucha vista.

Pues bien. Todo este «jaleo» retro que os acabo de contar, me lo ha recordado un artilugio «gadget» que he visto anunciado en Steve’s Digicams.

Se llama iCandy DSLR mount y es un proyecto del tipo «tengo una buena idea ¿ alguien me financia ?», que busca dineritos a través de «kickstarter».

La cosa es tan tonta como un simple soporte que permite fijar un «smartphone» debajo del objetivo de una DSLR mirando hacia el personaje fotografiado. No cabe duda que las habilidades del «smartphone» como elemento «atractor de atención» del personaje fotografiado, sobre todo si este es «diminuto», rivalizan claramente con la pelotita de colores o el conejito silbón. Incluso se puede hacer que en la pantalla de «smartphone» aparezca la imagen fotografiada y al personaje le haga gracia.

Son los signos de los tiempos.

Huy, huy, huy, pero que mayor que soy………

Este es el invento, narrado por su autor, supongo.


Y estos los enlaces:

Steve’s Digicams  y Kickstarter

 

adolfo

Un comentario

  1. El mundo de las iniciativas siempre es muy loable, aunque sean pequeñas estupideces.

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