Cuando yo era un crío de unos 7 años, de eso hace ya 50 años, no teníamos coche en casa. Mi padre nunca supo conducir, pero en alguna ocasión salíamos con unos amigos de la familia que si lo tenían. Recuerdo (son aquellas cosas que se te quedan grabadas cuando tienes las neuronas nuevas) que a veces íbamos a la playa a Sitges y naturalmente íbamos por «Las costas de Garraf», que es una carretera (la única que había entonces) con muchas curvas y bastante pendiente que bordea la costa entre Castelldefels y Sitges. Pues bien, era de lo más común entonces ver unos cuantos Seat 600 aparcados en la cuneta y con la tapa del motor levantada soltando humo y vapor por el radiador, y es que se calentaban un montón y no podían seguir. Entonces, dentro de nuestro coche siempre se decía lo mismo: «tan bé que anava» (en catalán), que quiere decir «tan bien que iba».
Pues bien. Cada vez que veo un artículo de este tipo no puedo dejar de pensar lo mismo.
Resulta que los desalmados chicos de «Sony Alpha Lab» se han dedicado a realizar una autopsia a una flamante Sony NEX-7, y seguramente lo han hecho simplemente por el morbo de ver lo que hay dentro. Y digo autopsia pues supongo que el paciente no ha sobrevivido, y digo «morbo» pues está bien que hace montones de siglos, en los albores de la medicina, antes se abrieran cadáveres para ver que es lo que había dentro y aprender. Pero para ver lo que hay dentro de una NEX, bastaba con habérselo preguntado al Sr.Sony, que igual nos lo decía sin hacer tanta «sangre».
Sea como sea, los felices poseedores de una NEX-7, o los patólogos aficionados que sientan curiosidad por ver las tripitas de una NEX-7, no tenéis más que pasar y mirar.
Lo dicho: «tan bé que anava».