CSC Magazine publica hoy un artículo describiendo las tripitas de la novísima EOS-M, en concreto habla de las virtudes de su chasis de acero inoxidable y explica el por qué es de este material y no de aleaciones raras como otros. Los anclajes, los soporte y cosas así.
Su conclusión es muy clara. “Chapeau”, o sea que les ha gustado.
Hey, que yo no digo nada. Me parece estupendo que la cámara sea tan resistente y de fácil desmontaje.
Lo de resistente está muy bien. No se trata de ir arrastrándola por el suelo, pero mientras más robusta, mejor.
Lo de fácilmente desmontable, pues tampoco está mal, pero eso solo afecta a los SAT, y debe ser un parámetro “transparente” para el usuario. Nada es perfecto y todo puede fallar, pero cuanto más tiempo y más lejos de los SAT’s viva la cámara, mejor.
Interesados en estas cosas, aquí tenéis el enlace.
Nota tonta: aún no me puedo creer que esta EOS-M no tenga visor. Seguro que la EOS-M2 si lo tendrá. Mientras, habría que correr a gorrazos a todos los que han participado en el diseño de esta pequeña “mirrorless”, y a buenos «chapelazos vascos» a los que han definido su precio.