Luminous – Landscape publica hoy un artículo comentando dos accesorios para la supercompacta Sony RX100:
Uno es una pequeña empuñadura de Richar Franiec, de la que ya os he hablado aquí, (Ftc 19-7-2012), y el otro es una «lupa» para ver mejor la imagen de la pantalla LCD que se llama “clear viewer”.
La verdad es que ninguna de las dos tiene nada de particular, pero la segunda me ha recordado la historia que os voy a contar después de los enlaces. Ya veréis que es una «tragicomedia» fruto de una calurosa noche de verano.
Luminous-Landscape ; Richar Franiec ; Clear Viewer
Y esta es la historia:
Me parece que alguna vez ya os he contado que en el año 2004 o 2005, no lo recuerdo muy bien, fue cuando compré mi primera cámara digital. Fue una compacta de Canon, concretamente la Power Shot S60 de 5 Mpixels. Funcionaba muy bien, con las limitaciones de entonces, claro, pero tenía muchos controles manuales y también RAW.
Jugué bastante con ella, iniciándome en este mundillo, hasta que se le murió el sensor al cabo de unos cuantos años. Entonces era una cosa muy habitual, y les pasaba a muchos fabricantes. Canon reconoció el problema y el SAT de Barcelona (SETELSA) me cambió el sensor de forma gratuita. Lo pusieron mal y la mitad de la imagen salía siempre desenfocada. La cámara quedó perfectamente reparada, totalmente operativa, y absolutamente inutilizable. En aquél momento no tuve el valor de reclamar, y desde entonces duerme “el sueño de los justos” en el fondo de un armario.
Pero no era de esta triste historia de lo que os quería hablar. Era de que el segundo “invento” que os he contado en el artículo de Luminous-Landscape, ya lo había inventado yo cuando compré la compacta, pero era mucho mejor. A ver que os parece.
Para la misma función yo utilicé un visor manual de diapositivas, de esos que costaban 1 euro. Era una especie de cono rectangular, no se explicarme mejor y por eso os pongo una imagen que he encontrado por ahí, con una pequeña lupa en un extremo, y una pantalla de plástico blanco traslucido en la otra que tenía la función de suavizar y difundir la luz. Ponías la diapo en una ranura justo detrás de la pantallita de plástico y mirabas a una fuente luminosa a través de la lupa. La diapo se veía un poco más grande, y ya estaba.
Pues bien, quitando la pantallita traslúcida y aplicando el visor a la pantalla LCD de la compacta, se veía la imagen más grande y tenía la enorme ventaja de que al acoplar el visor totalmente a la pantalla no había ninguna luz que se pudiera colar y podías encuadrar y componer perfectamente, y también ajustar parámetros o moverse por los menús, incluso con el pleno sol dando en la pantalla.
Compré un visor de plástico negro y funcionaba perfectamente. Además, entonces las pantallas LCD eran muy pequeñitas, y el tamaño de la diapo con su marco y todo, se ajustaba perfectamente al LCD.
Después han salido accesorios parecidos e incluso algún reputado fabricante de ópticas y accesorios ha modificado sus lupas de enfoque para cámaras de gran formato para esa función, pero desde luego, no las vendían a 1 euro. Pero la idea original fue mía y solo mía, y mucho más económica. Se me ocurrió entonces que podría patentarlo y comercializarlo, y que así podría hacer incluso la “primera pela”, pero después pensé que puristas con compacta tampoco había tantos y que seguramente el “negocio” sería ruinoso, así que lo dejé correr.
Aún tengo el artilugio. Duerme en el fondo del armario junto a la compacta que la originó (ahora funcional, pero difunta), y si en algún momento vuelvo a comprar una compacta digna, cosa que es mi intención, ya no me servirá pues las pantallas LCD son ahora muchísimo más grandes que una diapo con marco y todo.
Bueno esta historia de los accesorios me ha recordado esta otra historia que os acabo de contar. Ya me perdonaréis. Hoy es sábado, son las 7 de la mañana, y ya hace un calor de mil demonios.
………genuino precursor de la culturilla D.I.Y 🙂
Pues le pones este visor, que no es un visor de verdad, y la cámara compacta deja de ser compacta. Además, sumando al precio de la cámara el de los dos artilugios más los gastos de envío, resulta que te viene más a cuenta comprar una cámara de verdad, con visor y todo.