El primero es un zoom 28-80mm T2.9 que complementa al 70-200mm T2.9 anunciado el pasado año.
Está diseñado para tanto para DSLR FF, como para videocámaras HD o de cine profesional y estará disponible en monturas Canon EF, Nikon F, Micro Four Thirds, Sony E y Arri PL.
Es pequeñito en tamaño, pero es denso en precio. El cristalito se facturará a 15.000 euros (sin contar el IVA de Rajoy).
El segundo es un fijo CP.2 25/T2.1 que nace con vocación de reemplazar al existente CP.2 25/T2.9, ofreciendo un pelín más de luminosidad.
Zeiss, orgulloso de su criatura, afirma que ha suprimido totalmente la aberración cromática, y además, con este objetivo complementa su catálogo ofreciendo luminosidad de T2,1 en el rango de focales de 25 a 135mm.
Los habrá en monturas Arri PL, Canon EF, Nikon F, Micro Four Thirds y Sony E, y comparado con el anterior el precio es una verdadera bicoca (una pichincha, que diría la buena de Mafalda). Costará solo 3.000 euros (sin contar el mismo IVA de antes).
En fin. Son objetivos «de cine» hechos para cine. Son cosas de mayores, y los niños mejor nos callamos, porque no entendemos de eso.
La verdad es que estos objetivos de cine, con su pinta retro manual, parece que destilan simultáneamente robustez, precisión, y suavidad. No se como explicarlo mejor. Dan ganas de «acariciarlos», y luego limpiarlos inmediatamente para eliminar la grasilla de nuestras impúdicas manos.
Directores de fotografía y profesionales del asunto, aquí tenéis la info que cuenta «Dpreview».
Actualización: 31-8-2012
Al día siguiente DSLR Magazine nos cuenta cosas de objetivo de focal fija.