Empiezo tal y como terminaré. La Canon PowerShot SX50 no es para mi.
Ya sabéis que no le tengo particular cariño a las superzoom’s, y por eso cada vez que os cuento algo de una de ellas siento una especie de «repelus» (no se como se escribe) que me recorre todo el cuerpo. Ahora bien, si la «animalada superzoomica» llega a extremos de «desvarío cosmico» entonces el «repelus» puede que me deje efectos secundarios como un buen sarpullido alergico.
Por eso me vais a permitir que solo os mencione, de pasada, que Iker Morán acaba de publicar una toma de contacto con la última PowerShot superzoomica de Canon, la SX50, que presume de un zoom óptico de 50x 24-1200mm equivalentes y que puede llegar a 24-2400mm utilizando un sortilegio que Canon llama «zoom inteligente» sin apreciable pérdida de calidad.
No os podéis perder el video explicativo realizado en la misma Photokina.
Y ahora me vais a permitir que lo deje ya. Empiezo a notar los efectos del sarpullido alérgico.
Y como lo dije al principio, lo cumplo, que lo prometido es deuda.
La Canon PowerShot SX50 no es para mi, pero soy el primero en reconocer que tiene su público, y por eso os lo cuento.