Hace muchísimos años leí una novela de Isaac Asimov que creo se llama «El viaje alucinante». Iba de unos científicos que son reducidos, junto con un minisubmarino, al tamaño de una pequeña célula y son introducidos en el torrente sanguíneo de una persona para arreglarle algo que se le había estropeado dentro. Más o menos era algo así. Dentro del cuerpo le sucedían todo tipo de aventuras y naturalmente todo se veía enorme.
Pues bien, ese recuerdo loco me ha venido a la cabeza cuando he visto en «Fotoactualidad» la imagen que os he puesto aquí. Es la imagen de las microlentillas del sensor de la Nikon D600 obtenida por los inefables chicos de «Chipwork» y sus microscopio, que por la pinta de la imagen tiene que ser bastante más potente que un simple microscopio óptico. Cosa guapa ¿ eh ?
La imagen ya estaba presente cuando hace unos días os contaba que el chip sensor de la Nikon D600 era Sony, pero me había pasado desapercibida.
También veo en el artículo que los chicos de «iFixit», de los que también os hable ayer con la autopsia controlada de la misma Nikon D600, tienen algún tipo de colaboración con los de «ChipWorks», así que entre unos y otros ya pueden ir preparándose las maquinitas actuales y sobre todo las futuras, pues la vocación «macrodespanzurradora» de unos más la vocación «micropatóloga» de los otros, no augura nada bueno para las maquinitas que tengan la desdicha de caer en sus manos. Eso si, nosotros nos enteraremos de hasta los más íntimos secretos de sus tripitas, y eso está bien.
Vale la pena echar una nueva mirada más calmada a los informes.
Lo he visto y cuenta muchos detalles interesantes, como que la memoria intermedia es (como no podía ser de otra manera) Samsung, en «Fotoactualidad», y estos son los enlaces originales: «ChipWorks» ; «iFixit»
Y aquí os lo contaba yo, pero no me había fijado en tantos detalles. Que malas son las prisas: