Cuando yo era mucho más joven, estoy hablando del año 81, recién llegado a Barcelona después de un obligado exilio de 3 años en Madrid donde me lo pase estupendamente bien inventando chapuzas en el Centro de Investigación y Estudios de la empresa de Telefonía más importante de nuestro país, mi jefe me llevó a un congreso en Genova (Italia) donde se hablaba del tema «Telepuertos», concepto ya casi olvidado por todas las operadoras de redes.
Recuerdo que uno de los ponentes (no perdáis de vista la fecha) sacó de la cartera un artilugio parecido a un walkie-talkie y mostrándolo al selecto publico dijo con solemnidad algo así: «dentro de unos años todos llevaremos en el bolsillo uno de estos y el tráfico telefónico será principalmente inalámbrico». Entonces la telefonía móvil era incipiente, analógica, y enorme. No existía aún el estandar GSM.
Que yo recuerde, todos los presentes, yo incluido, esbozamos una discreta sonrisa y pensamos, «este tío está loco».
Bien. Pues solo me cabe un consuelo. Muy leve, pero consuelo al fin y al cabo. No fui yo solo el que pensó eso. Lo pensaron también todos, o casi todos los demás. Mal de muchos, consuelo de……….
Y hay otra cosa que también me cosuela, menos si cabe que la anterior, pero algo es algo. Incluso aquel gurú se equivocó. Los modernos «telefonillos» no solo soportan hoy en día casi todo el tráfico de voz, al menos el de pago, sino que soportan y cada día más el tráfico de datos. Internet y las redes inalámbricas, wi-fi o móvil, son la revolución más importante de los últimos tiempos y ya nada será igual que antes nunca más.
Bien, pues esta reflexión barata es la que me ha venido a la cabeza al leer la reseña que hace Iker Morán en su blog sobre una secuencia de la película «Pagafantas».
Ni el señor del pelo blanco, ni los sabios de AGFA, ni yo mismo, nos ganaríamos la vida haciendo de gurús.
Esta es la secuencia. No he sabido como incluir directamente el video aquí. Ya me perdonaréis. No solo soy un mediocre gurú, sino que también no me manejo nada bien con toda la parafernalia de las redes sociales. Como no tengo cuenta en Facebook, no me deja insertarlo.
Y este es el «blog de Iker»
……y Franco ¿ha muerto ya?.
Entrañable.
Nosotros en el trabajo nos compramos moviles en el 95 y todo el mundo nos decía que eso de estar continuamente conectado era exagerado y que acabaríamos estresados. En esto ultimo han tenido razón, la vida va exageradamente más rapida. Yo siempre recuerdo a la gente que tenemos la posibilidad de apagarlo y todos me dicen «¡¡que cosas tienes!!», «¿y si pasa algo urgente?…..¿eh?».