Ya sabéis que no suelo hacer ningún comentario de tipo artístico. Simplemente no me siento preparado para ello. Después de más de 30 años haciendo fotografía de aficionado, tengo miles de imágenes bien enfocadas, bien expuestas y con una composición razonable, pero no he conseguido que ninguna de ellas me transmita nada. Mis fotos no me hablan, sin embargo otras muchas de diversos fotógrafos, conocidos, no tan conocidos, y anónimos, si que me cuentan cosas.
Yo sigo empeñado en conseguirlo, y no quiero dejar este mundo (que por cierto se acaba hoy a las 12h 12min, hora exacta del solsticio de invierno) sin al menos haber conseguido una buena foto. Es por eso que no comento cosas sobre exposiciones, fotógrafos y su obra.
Hay alguna excepción. Cuando el artista y su obra tienen algo especial por el «atrezzo» y la técnica necesaria para conseguir la imagen final. Así alguna vez recuerdo que os he hablado de fotografía de aves, también de gotas de agua, y de alguna cosa más que ahora no recuerdo, siempre resaltando el «making of», el gusto estético y el buen hacer del fotógrafo.
Hoy veo que «Dpreview» hace una pequeña reseña a un fotógrafo alemán que se llama Markus Reugels que se ha especializado en captar imágenes de alta velocidad de las formas y salpicaduras creadas cuando un líquido se deja caer el un lecho de agua. la iluminación y el flash de alta velocidad, combinado con el buen gusto que dije antes, dan como resultado unas fotos realmente impactantes.
«Dpreview» cuenta que el bueno de Markus nos cuenta cual es el proceso. Lo resume en un pequeño párrafo que gracias a mi amigo que sabe un montón de idiomas, el sabio Google, os lo pongo más o menos traducido aquí:
Dice Markus:
«La técnica básica funciona con dos gotas. La primera gota cae en el agua y se forman en sucesión, un cráter, luego una copa y, por último, lo que yo llamo el «pilar». La caída de la segunda gota debe programarse de manera que caiga en la columna (la 3ª fase «el pilar»). Con la colisión aparecen formas como un hongo, un sombrero o un disco volador. De hecho, es la distancia entre las gotas lo que determina la forma precisa. A un ritmo de aproximadamente 10 gotas por segundo lo que se consiguen son hongos. A 15 gotas por segundo aparecen los discos. Y a 6 gotas por segundo lo hacen los sombreros. Para obtener formas más suaves que adopten formas más largas antes de romperse hay que aumentar la viscosidad de las gotas de agua mediante la adición de algún espesante.
Aunque es obvio, es importante resaltar que la congelación del no se hace con la velocidad de obturación, sino con el control del destello del flash. Normalmente hay que reducir la potencia del flash a 1/16 de su valor nominal para obtener tiempos de destello del orden de 1/16.000 seg.
Por otra parte, el material no es que sea de altísima gama. Cuenta que utiliza una Sony SLT-A77 con un Minolta 100mm f2.8 macro. Y la iluminación corre a cargo de un flash Vivitar 285 que ha modificado con el fin de establecer la salida inferior a 1/16 de potencia.
Lo cuenta «Dpreview» y podéis ver muchos ejemplos en la galería «Flickr de Markus»
Lo dicho: poco equipo, pero mucho curro, muchas horas y mucho gusto. Enhorabuena.