Creo que es el propio Michael Reichmann desde su residencia vacacional de invierno de St.Miguel de Allende en Méjico (en Canadá hace mucho frío) el que publica en su WEB un análisis o toma de contacto un poco rara. Y digo rara porque se trata de una superzoom y Michael no es propenso a caer en esas tentaciones tan bajas. Consciente de su «pecado» ha titulado al artículo: «Oh no, otra superzoom».
Pasa revista a sus características y comenta que es capaz de producir copias impresas decentes de tamaño 30×40 cm siempre que no pasemos de ISO 800.
Preguntado sobre como es posible que se haya dignado a trabajar con una compacta superzoom, él contesta que suele llevar encima lo que necesita para hacer cada tipo de trabajo que tiene pensado hacer, y como ya se va haciendo mayor y las «bolsas le pesan», para documentar una procesión típica de Navidad en San Miguel ha preferido el ligero equipaje de una superzoom en la bolsa que una pesada DSLR con varios objetivos. Eso si, en la bolsa de la superzoom, también iba una Sony RX1, por si acaso..
Es un análisis típico de Michael. Pocos datos técnicos y muchas sensaciones, con algunas muestra, pero de tamaño pequeño.
Si os puede interesar el tema, este es el análisis. Ah, se me olvidaba. La compacta superzoom que ha merecido el alto honor de colaborar con Michael ha sido la Canon SX-50.
Y que tal ha salido. Pues lo normal. Como todas las superzoom: cómoda, ligera y resultona, si no le pedimos peras al olmo.