Si queréis estropear fotos (huy perdón), tunear fotos (no tampoco sería eso), modificar fotos (no, tampoco), adornar fotos (que no), «xxxxxx» fotos (eso, así queda mejor), con el genuino toque Instagram pero en Lightroom, que sepáis que los chicos de «Really Nice Images» tienen unos «kits» chachi pirulis que por 30 dólares lo consiguen.
Lo cuenta «Steve’s Digicams» y tenéis toda la info en Really Nice Images
Tengo un par de applicaciones de esas de «tunear» fotos o hacer fotos con aire retro en el movil y la verdad, a lo primero hace algo de gracia el tema, pero despues cansa bastante. Algunos efectos -a mi ver- son bastante exagerados y poco naturales.
No dudo que estas cosas de tunear retro las fotos tenga su exito y su mercado, pero no se… a mi no acaban de hacerme el peso…
Los presets en general vienen muy bien para cuando uno esta atascado en como abordar una imagen. Un rapido paseo ellos te pueden dar un empujón. Siempre hay que matizarlos porque como bien dice Miquel suelen ser bastante exagerados.
De todos modos os aconsejo no pagar ni un duro, hay cientos de presets para lightroom gratuitos.
Me maravillan los nombres de los… de las cosas estas. Esta cosa instagrámica me recuerda los tiempos en que daba cursillos y talleres fotoquímicos. Según la modalidad, llegaba un momento crucial y definitivo: proponer el colorvir que igual os suena a alguno. Era paralelo a proponer otros sistemas de virado en b y n. Estadísticamente resultaba definitivo y definidor, los alumnos y alumnas más interesantes y de los que más aprendía yo como maestro de ceremonias del taller, y que iban aproximándose a «la fotografía» tanto por intenciones como por resultados, elegían tirar por los sepias y selenios e incluso por alquimias más caras; los menos interesantes veían en el histerismo del colorvir la piedra rosetta de sus ansias fotográficas, decantadas desde entonces en la degeneración «artística» de su «propia fotografía». Todo lo que no les «salía bien» como foto se reencarnaba en digamos arte colorvírico. Quedaban maravillados con sus obras trascendentes de lo fotográfico y yo desesperado porque se me acumulaban en el curriculum vírgenes suicidas que no supe salvar de si mismas o de mi ineptitud pedagógico didáctica. He de confesar que yo también me he dopado con patxaranes de andrinas mientras los esforzados del pedal sudaban el Tourmalet, digo que algún sobre en negro también me sobrecoje, quiero decir que cuando la situación del taller se decantaba indefectible y miserablemente por el coolcolorvir no podía sino subsumirme en el dolce far niente de llenar las bandejas de viradores y solarizadores, perdida ya toda esperanza, para pastorear bucólicamente el rebaño en que se me había convertido el taller.
Salud y saludos.
Concuerdo con vosotros que el rollito Instagram ya cansa… en especial después de la reculada que han tenido que llevar a cabo después de su estúpido intento de reducir a broma los derechos de autor de millones de aficionados fotográficos. (jamás he tenido una cuenta Instagram)
Claro que estos recursos pueden impresionar al vecino del quinto o la hermana de tu cuñado, pero sin una intencionalidad específica no son más que un recurso para salvar fotos (sin poca o ninguna fortuna).
Ojo a la calidad de los presets, en muchos casos la degradación resultante es brutal, por lo que recomendaría encarecidamente explorar el lightroom para «fabricarlos» por nuestros propios medios, o en el peor de los casos reajustarlos bajo nuestros propios estandars y gustos personales.
Yo creo que ha sido buenísimo esto de instagram y similares. Gracias a tal cansina moda, nos hemos ido acostumbrando a estos superefectos a tal punto que ya no nos sorprenden. Ya no «levantan» una foto que no era buena. No la disimula. No la viste. Cada vez menos. Una foto mala seguirá siendo mala, aún con un precioso efecto del tipo que sea. Ya no vemos el efecto, sino la foto. Si la toma es buena, un filtro o retoque puede conseguir que la intención original se acentúe. Que se más dramática o melancólica… esto es lo que hace el cine. Pero si la toma es mala, el filtro ya no conseguirá mejorarla. Así que gracias Instagram por enseñarnos la realidad.
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