Bob Atkins, que es un reconocido canonista y que hace unos años estaba muy activo en su página WEB pero que últimamente aparte de haberla convertido en un tablón o tabloide publicitario escribe muy pero que muy poco, ha publicado sin embargo un artículo que creo puede ser interesante describiendo el fenómeno del «Focus breathing» (que no me atrevo a traducir).
Es susodicho «Focus breathing» es la denominación que se da al cambio de longitud focal efectiva (y por tanto el ángulo de visión y factor de ampliación) cuando se enfoca a diferentes distancias.
Normalmente, la distancia focal efectiva y la nominal del objetivo coinciden al enfocar a infinito, pero al enfocar más cerca la focal real disminuye. El factor de «acortamiento» depende de la focal, de la estructura óptica y del fabricante, pero suele ser un factor pequeño que como media, según la tabla que muestra el artículo, es del orden del 5%. Así pues, el objetivo Nikon 135mm que aparece en la tabla, que es que tiene una desviación más acusada del 6,6%, se convierte en un 126 mm al enfocar objetos cercanos. Creo que es un «problema» con el que podemos convivir perfectamente.
El artículo está en inglés, claro, y mis conocimientos de óptica son nulos, así que no me atrevo a explicar aquí la causa exacta de este fenómeno. Me ha parecido entender que el problema es producido por el enfoque interno de la mayoría de los objetivos actuales. Al desplazar (para enfocar) un conjunto pequeño de lentes internamente, sin que la lente frontal ni la posterior se desplacen, lo que se produce es una variación en el factor de ampliación, o lo que es lo mismo, en el ángulo cubierto, o en la focal efectiva. También me ha parecido entender que si el enfoque no fuera interno y el objetivo variara físicamente de longitud al enfocar, como en los telescopios de piratas, esto no pasaría. Pero no me hagáis mucho caso.
Si más no, como culturilla, está bien y me ha gustado.
Nota. Seguro que Germán Pierre, o Valentín Sama, o algún que otro sabio de por aquí sabe un rato sobre el tema y puede iluminarnos. Enseñar al que no sabe creo que era una obra de caridad, al menos eso me parece recordar de mi pleistocénica etapa Marista.