La rompedora de escalas: pequeña y rara, pero matona.
Nuestro querido «dúo dinámico» ha sometido a prueba a la Sigma DP1 Merrill, ya sabéis, la supercompacta Sigma de sensor Foveon APS-C y objetivo fijo angular de 19mm. La primera de la serie de tres DP, cada una con una focal diferente.
Valentín Sama destila sabiduría fotográfica por todos sus poros, y en este caso, además de la prueba en si, nos cuenta cosas muy interesantes sobre el Foveon, sus virtudes y también sus defectos, consecuencia de su propia filosofía y diseño. En el «lado oscuro de la fuerza» se sitúan el alto nivel de ruido según el canal de color, la profundidad de foco (que no de campo), y la batalla para conseguir un color lo más natural y preciso posible. No os lo perdáis, aprenderéis un montón.
Por cierto, el título del artículo viene de que por primera vez en la historia de las pruebas de «DSLR Magazine», un conjunto objetivo – sensor se sale de la escala de medición de resolución que hasta ahora habían utilizado. La tabla hasta ahora tenía un tope de 80 líneas/mm, y ahora, para poder incluir a esta DP1, han tenido que subir el límite a 95 líneas/mm, y si Valetín/Manuel lo dicen, yo me lo creo ¿ Oído cocina ? Pues eso.
A ver si Canon no va tan desencaminado al querer reinventar el «Fovecaneon»: Ftc 22-5-2013
Nota tonta: a pesar de lo que cuentan sobre la calidad del color, que sin duda será verdad, a mi, siempre que veo una galería de muestras de un sensor Foveon, lo que más me sorprende y destaco es su color totalmente natural, o al menos a mi así me lo parece. Tendrá su trabajo detrás, pero el resultado final es de lo más agradable. No se como explicarlo mejor. Es como las diapos Astia, frente a las Velvias, o como las antiguas diapos Agfa, frente a la Ektachrome, algo asi………
Actualización: unos minutos después.
Sorpresas te da la vida, la vida te da sorpresas, ay, ay….. decía la canción.
Pues nada. Unos minutos después veo en «Fotoactualidad» que «Imaging-Resource» ha analizado la misma cámara, mira tu que ya es casualidad, y destaca exactamente lo mismo.
Vamos, que todo el mundo se ha quedado boquiabierto.
