Una aventura tecnológica que viene del lejano oriente, que os pensabais, de estos lares solo pueden salir emigrantes ilustrados para que nos vayamos desangrando como país hasta que alguien nos compre para hacer un inmenso parque temático, campo de golf, y casino tabaquil que abastezca de ocio a la Europa culta y floreciente.
Bueno, menos filosofía barata, que no es lo mío. Es «la calor», seguro.
El invento que os quería contar, que veo en el blog tecnológico de El País, es una especie de soporte ultrafino capaz de alojar microcircuitería electrónica y hacer que encima funcione.
El soporte o sustrato es tan fino, solo mide 2 micras (2 milésimas de milímetro) que si lo ponemos de lado, no lo veríamos. Eso hace que el dispositivo electrónico integrado sea flexible, arrugable, doblable, y totalmente maleable.
Según los autores, las aplicaciones son infinitas.
¿ Veremos finalmente el sensor curvo, parabólico, o mejor asférico ?. Oiga, pues no seré yo quien ponga la mano en el fuego.
Una curiosidad tecnológica, pero divertida, y si encima los semiconductores son de grafeno, pues no te digo na morena.