Thom Hogan, el reputado gurú Nikonista, comenta en un artículo un detalle sobre el nuevo iPhone 5S que a mi me había pasado totalmente desapercibido y que me ha parecido una muy buena idea.
El flash del nuevo iPhone utiliza dos iluminadores, que supongo serán LED. Un LED es de tono frio y el otro cálido. La cámara mide primero el color de la luz ambiental (para hacer un balance de blancos automático), y a continuación, si considera que debe disparar el flash, modula la intensidad de las dos luces para conseguir una temperatura acorde con el balance de blancos seleccionado.
Y el artículo termina preguntándose ¿ cuánto tiempo pasará antes de que veamos flashes con dos cabezas con salida de color diferente ? Bastaría que una cabeza fuera la de siempre y la otra tuviera un filtro cálido. La electrónica se encargaría del resto.
Si queréis es una idea un poco exótica, pero a mi me ha gustado.
Nota tonta: igual en iluminación profesional ya se utiliza algo así desde siempre, pero yo lo desconozco, y por eso la idea (como concepto) me ha gustado.