¿ Que os parecería que un par de días antes de hacer una fotografía los periódicos publicaran un aviso para que nadie saliera a ventanas y balcones para no arruinar la instantánea de 22 minutos ?.
¿ Que os parecería que los intermedios del proceso de toma y revelado, que naturalmente haríais rodeados de público para asombrar a propios y extraños, fueran amenizados por las «tocatas» de una banda militar ?.
Así fueron aquellos tiempos. Estamos hablando de 1839. Eran otros tiempos, y seguro que también tenían sus crisis, pero ninguno de nosotros estábamos allí para verlo.
De aquellos polvos, estos lodos. Si más no, una curiosidad.
Lo cuenta Miguel Zorita