Seguramente hay un principio entrópico aún no enunciado pero conocido por todos que diría algo así: «si una cosa funciona, no la toques».
Sin embargo hay otro principio entrópico, este si, enunciado y conocido en el mundo del marketing que vendría a decir algo así: «renueva, aunque no haga ni puñetera falta, no vaya a ser que te olviden».
No se por qué estas dos tonterías entrópicas son las que me han venido a la cabeza al ver el análisis comparativo que los chicos de DxO Mark acaban de publicar sobre dos objetivos específicamente macros: el nuevo AF-S Micro-Nikkor 60mm f2.8G ED, unos 550 dólares, y el viejo AF Micro-Nikkor 60mm f/2.8D, sobre los 250 dólares en eBay.
O las legañas matinales me entelan todavía la visión, o el antiguo es mejor que el nuevo en todos los aspectos ópticos. Destacar también que montados en la exigente Nikon D800, el mejor reduce la resolución efectiva a justo la mitad, y el otro, todavía un poco más. Ostras, si yo fuera cristalito huiría como alma que lleva el diablo de la Nikon D800 y de la Sony Alfa 7R.
Esto es lo que cuentan en DxO Mark
Tengo el 105mm macro y ahora he comprado el 60mm del que se habla en este post. Utilizo varias D800 y por lo que leo no es muy buena idea, sin embargo Nikon la recomienda para la D800. ¿De verdad es tan mala idea?
Gracias.