El desalmado Iker Moran, en compañía de Álvaro Méndez que actúa de cómplice necesario, quien lo hubiera dicho de chicos tan cabales, vestidos al más puro estilo guiri han sacado a pasear a la nueva Pentax 645Z, que ya sabéis es la carrocería más barata que envuelve al nuevo y rompedor sensor Sony CMOS de formato medio y 50 Mpixels, se la han llevado a la playa de Barcelona y la han sometido a las más crueles torturas como si la cámara no fuera suya ni la hubieran tenido que pagar, cosa que efectivamente es así.
El corto que nos ofrecen promete ser la antesala de su análisis a fondo que desde ya estamos esperando acortándonos las uñas en plan salvaje.
Antes de que hagáis clic en el «play» me siento obligado a advertir que el contenido puede herir la sensibilidad de las personas de buena voluntad, con efectos secundarios quien sabe si irreversibles. Yo ya he avisado.
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Buff, no sabía a qué te referías con «Herir la sensibilidad» y cuando vi la naturalidad con que la tiraba a la arena pues sí que me putee durante un segundo. Ya me gustaría a mí tener esa posibilidad. No digamos ya el resto de prestaciones.
Aunque dejé de seguir la marca, ante su imposibilidad de uso para sociales, al no disponer de la posibilidad de cambio rápido del respaldo (ya que era fijo, craso error por su parte ) y motivo de su baja comercialización.
Tambien reconózco que tenía ( a diferencia de la Mamiya, Bronica, o sin ir más lejos su hermana mayor, la 6×7. Uno de los mejores sistemas de amortigüación y frenado del espejo, en 1981 tuve la ocasión de probarla, y el sonido, comparado con las citadas, era música, ahora que los cambios de respaldos están fuera de lugar, si se esmeraran de verdad en pulir en serio las ópticas. Ala altura de las Fuji. Podría muy bien acertar de lleno en la diana.
Reconozco que me plantearía seriamente volver al formato pseudomedio, antes que tirar por un 35mm atiborrado de ¨esteroides¨.