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La hora mágica: consejos para atrapar ese instante – Irene Terrón en el Blog de Casanova Foto

Que no, que no, que no es mía. Es de Google.

Que no, que no, que no es mía. Es de Google.

Vergüenza me da decirlo, pero me podéis creer si os digo que nunca he hecho ninguna foto en la hora mágica.

Soy paisajista, y no urbano precisamente. A mi mujer y a mi nos gusta trotar por las montañas, pero no tenemos el cuerpo para pasar la noche al borde de un paisaje pirenaico idílico. Cuando hemos podido hemos hecho excursiones, en plan senderismo, nunca escalada ni parecido. Salimos sobre las 8 de la mañana y llegamos al destino, normalmente un lago, con la lengua fuera al cabo de 4 ó 5 horas. Son las 12 o la 1, el sol cae a plomo, y hago naturalmente algunas foto, pero solo tiene valor de recuerdo. Después de comer un poquillo iniciamos la bajada y llegamos al coche reventados cuando aún el sol no se ha puesto, y con ganas únicamente de llegar a casa y darse una buena ducha.

Nos es imposible estar «en el lago» ni al amanecer ni al anochecer. Sin embargo, prometo enmendarme y en la medida de lo posible intentar a partir de ahora hacer alguna foto guapa, por lo menos que me guste a mi, y aunque no sea en un idílico paisaje remoto, en el Pirineo, hay mucho rincones guapos no muy lejos de carreteras o pistas forestales.

Se ha acabado eso de salir de excursión y volver con 200 ó 300 fotos. Ahora va a ser ir a algún sitio, tomárselo con calma, y hacer unas cuantas, pero guapas. Palabra de honor.

Bueno, este monstruoso introito en plan auto de fe totalmente prescindible, solo pretendía contaros que Irene Terrón nos cuenta en uno de sus videocursillos de iniciación que demonios es eso de ha hora mágica y nos da algunos consejos para atrapar justo la magia de esos instantes.

Este es el video.

[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=K6sYe4WtvEI[/youtube]

Y este es el artículo que lo acompaña

adolfo

8 comentarios

    • No Miguel. Aunque me gusta la fotografía a rabiar desde que me acuerdo, siempre he sido un fotógrafo mediocre que con el tiempo va empeorando. Las fotos que hago son recuerdos y simplemente son correctas, pero aún no he hecho ninguna de la que me pueda sentir satisfecho, de verdad.

      Quizás sea por eso que nunca me he interesado por ninguna plataforma de almacenamiento en la red y todo lo tengo guardado en cajas de diapositivas (las de antes) o en discos duros (las de ahora) y a buen recaudo.

      Algunas las puedo enseñar a la familia y amigos, pero me daría una vergüenza horrorosas exponerlas ante un público mínimamente entendido.

      El supremos hacedor o los residuos de Big-Bang, que cada cual elija, me concedieron mi afición por la fotografía, pero se olvidaron de darme ni una pizca de visión o de talento para la tarea. Que le vamos a hacer, yo disfruto igual, pues lo que a mi me gusta de verdad es la liturgia de la toma.

      Un abrazo y gracias por estar ahí.

      Adolfo

  1. ¿Te parece poco trabajo el que nos dedica diariamente?

    Honestamente, creo que lo que verdaderamente interesante sería podernos conocer algún día, al final somos como esos grupetes de amigos que hay en muchos bares o cafés, donde disfrutan hablando de cualquier cosa efímera y común como fútbol, coches, política o como nosotros: de fotografía.

    Un saludo

  2. Sabes? Tu sensación de pudor es muy común, incluso te diría que muy sana, en cierta forma.

    He conocido a muchísimos fotógrafos, podría decirte que a cientos de ellos (tal vez sean muchos más), algunos buenos, otros no tanto, pero casi todos los que valen la pena tienen esa sensación de pudor, esa mezcla en la que al observar sus fotos, creen que no es suficiente, que todavía es mejorable o que necesitan encontrar un hilo argumental mínimamente sólido para adquirir un empaque, que sea capaz de elevarlos a otro nivel. Por norma general, un nivel en el que no seas sólo tú el que crea que tus tomas son buenas, ya que en el 90% de los casos es donde los verdaderamente talentosos vuelven a ser uno más.

    Es verdad, que la fotografía puede ser objeto de un motor interno, que nada haga pensar en la necesidad de ser compartido, ya que su función puede estar anclada en obsesiones personales, siendo simplemente el medio para regurgitar emociones (en la gran mayoría de esos casos, hablamos de miedos, obsesiones, entre otras filias bien diversas)

    Pero lo más normal es que la fotografía, sea realizada para ser compartida, por su belleza y estética, por su mensaje, como denuncia o protesta, por su capacidad de sorprendernos y transportarnos a otras realidades, por su posible utilidad, o incluso sólo como un mero medio de generar unos ingresos… La fotografía es muy parecida a la literatura, casi siempre escribimos para que tarde o temprano pueda ser leído.

    Conozco personalmente a fotógrafos que ingresan anualmente hasta 6 y 7 dígitos con su trabajo, y muchos de ellos tienen sentimientos similares, pero curiosamente han transformado su pudor en una ventaja competitiva, ya que el pudor es malo para nuestra mentalidad creativa como fotógrafos, pero resulta excelente para nuestra faceta de editores, faceta que consiste en decidir, que vale la pena mostrar, y que no lo vale… ayudándoles a retroalimentarse, para ser cada vez un poquito mejores, incluso cuando la temida curva de aprendizaje parece estancarse como un gran muro, como sucede a los atletas de maratón a partir de los 30 km.

    Un saludo y buen fin de semana

    • Realmente Sito, una asombrosa reflexión de gran peso específico, que, recuerda recordando, viene al hilo con una carta a sus alumnos que dejó escrita Paul Strand allá por principios de los treinta y hace poco retomé en otro sitio donde se hablaba de asuntos paralelos o de cierta concomitancia con lo que planteas:

      Hipsters vacuos que conceptualizáis la falta de fotografía en aras del arte trascendente a las cámaras oscuras y la huella, viejunos laborantes de las contracciones y expansiones una vez decidiada la sensibilidad efectiva o magos del rango dinámico sin cometer halos y magnificadores de la nitidez, miopes e hipermétropes, fauna variada en esto de la foto; las fotos sólo son, unas poquitas cojonudas, una buena parte de lo que queda mediocres y la inmensa mayoría, una mierda. Esto es lo que hay, y mañana, si no existe algún imprevisto, volverá a amanecer, que no es poco.

      “Todos somos estudiantes, algunos durante más tiempo que otros. Cuando dejéis de ser estudiantes, puede que dejéis de estar vivos en lo que concierne al sentido de vuestro trabajo. Por lo tanto hablo de estudiante a estudiante. Quiero deciros, pues, que antes de dedicar tiempo a la fotografía (que por otro lado os tomará mucho) pensad hasta qué punto ésta es importante para cada uno de vosotros.
      Si lo que realmente perseguís es pintar o algo más, entonces no fotografiéis, salvo que se trate de pura diversión. La fotografía no es un atajo para llegar a la pintura, para llegar a ser artista o para cualquier otra cosa. Por otro lado si la cámara y sus materiales os fascinan y motivan vuestra energía y vuestro respeto, aprended a fotografiar. Descubrid primero qué puede hacer la cámara y los materiales sin interferencia alguna, únicamente con vuestra propia visión. Fotografiad un árbol, una máquina, una mesa, cualquier trasto viejo; hacedlo una y otra vez modificando la luz. Observad lo que registra vuestra película, descubrid los resultados que se obtienen con los distintos tipos de papel y gradaciones. Las diferencias de color que pueden obtenerse utilizando uno u otro revelador y en qué forma estas diferencias cambian la expresividad de la imagen. El campo es ilimitado, inagotable, sin salir de las fronteras naturales del medio. En resumen trabajad, experimentad y olvidaros del pictorialismo y de otras palabras en mayor o menor grado carentes de sentido.
      Ved libros de autor, exposiciones, por lo menos conoceréis lo que han hecho los fotógrafos. Y observad también críticamente lo que se este haciendo en general y lo que cada uno de vosotros realiza ahora. Algunos han dicho que Stieglitz tenía fuerza porque hipnotizaba a sus modelos. Id y mirad lo que ha hecho con sus nubes; descubrid si sus poderes hipnóticos se extendían también sobre los elementos. Observad todas estas cosas. Ved qué significan para vosotros; asimilad lo que podáis y olvidaros del resto. Sobre todo mirad las cosas que os rodean, vuestro mundo inmediato. Si os ponéis vivos, significará algo para vosotros, y si os interesáis lo suficiente por la fotografía y sabéis como usarla querréis fotografiar ese significado.
      Si permitís que la visión de otra gente se interponga entre el mundo y vuestra propia visión conseguiréis algo ordinario y sin sentido: una fotografía pictorialista. Pero si conserváis esta visión clara, conseguiréis algo que por lo menos será una fotografía con vida propia, al igual que un árbol o una caja de cerillas, siempre que creáis que estas cosas tienen vida propia. Para conseguir esto no existen atajos, formulas, ni reglas; únicamente en todo caso las que rigen la vida de cada uno. Sin embargo, es necesaria la autocrítica más rigurosa y el trabajo constante. Pero primero aprended a fotografiar. Para mí esto constituye ya un problema sin fin.”

      Salud y saludos.

  3. El motor de cualquier expresión artistica verdadera es siempre interno, con el resultado del puro goce personal, auto-masturbatorio incluso y nunca totalmente realizado. A partir de este punto todo lo demas es social, incluido el talento que no deja de ser arte comparado. Y mercado.

  4. Gracias Adolfo y lo mismo algún día te atreves a sorprendernos con alguna.

  5. Adolfo, no tienes nada que perder. El IVA no te lo van a cobrar. Peor que yo no vas a ser.
    Anímate y ponnos unas fotos!

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