Este sería un resumen, evidentemente parcial, del telefonillo Motorola Moto X (2014) que analiza hoy Alberto Ballestín. La pantalla orgánica del susodicho parece ser tan viva que dejaría al Kodachrome a la altura del betún por mate y opaco. La fidelidad de los colores pasa a un segundo plano en aras a la espectacularidad, que al fin y al cabo es un telefonillo.
Por lo demás está bien, y su acabado maderil le da todo un toque de distinción.
Lo explica con todo detalle Alberto en Que sabes de