Vale, soy consciente de que esta noticia no puede calificarse como una noticia «de alcance» o de interés general, pero para un domingo nuboso y desapacible, al menos en esta esquina del país, puede valer.
La noticia es que ya está a la venta en Adorama, la segunda tienda más importante del mundo mundial después de B&H la versión II del Canon EF 100-400 f/4.5-5.6L IS, y lo está al simpático precio de 2.200 dólares.
Y a partir de aquí nos podemos entretener jugando con los números en busca de «la constante cosmológica», pero no la de Einstein, sino la de Canon, que a partir de ahora llamaré «FeII» (factor encabronante II).
Hipótesis de partida:
- La versión I del citado cristalito es vendida en Adorama por 1.600 dólares, que se convierten en 1.400 dólares si contamos el descuento que reembolsa Canon por e-mail.
- La versión II es vendida en el mismo sitio por 2.200 dólares, pero no se habla para nada de descuento, así que no sabemos si lo habrá o no.
Llegados a este punto podemos hace tres supuestos que al menos nos van a permitir definir, o por lo menos acotar, la «FeII» entre dos valores, lo que ya es un verdadero logro científico de inmensa magnitud.
Aparato matemático de la demostración:
- Si en el I hay descuento y en el II no, la FeII valdrá: 2.200/1.400 = 1,57 (caso peor)
- Si en el I hay descuento y en el II también, la FeII valdrá: 2.000/1.400 = 1,43 (caso intermedio)
- Si en el I no hay descuento y en el II tampoco, la FeII valdrá: 2.200/1.600 = 1,37 (caso mejor)
Desagradable pero incontestable conclusión:
Así pues, la constante cosmológica canonistica, que otros llamaran impuesto revolucionario de las segundas versiones, y yo, para abreviar he llamado «Factor Encabronante II», se sitúa entre 1,37 y 1,57.
Corolarios:
Ahora solo falta coger la serie estadística de precios de versiones II frente a versiones I, preparar una hoja EXCEL, hacer las medias, y tendremos perfectamente acotado el grado de cabreo que alcanzará el canonista al ver la presentación de nuevas versiones de objetivos existentes.
Solo me resta añadir que yo caí del burro en este principio cósmico cuando apareció la versión II de mi objetivo de cabecera, el EF 24-70F2,8L. Se me quedó una cara de tonto que no os lo podéis ni imaginar, y aún la conservo.
Menos mal que el tiempo acaba poniendo las cosas en su sitio, aunque hay que reconocer que algunos los fabricantes lo ponen más difícil que otros.
Para que luego digáis que las mates no son divertidas.
Datos del problema, pruebas del delito, o bibliografía, como queráis:
Addendum:
Moraleja: pierda el lector canonista toda esperanza de que a pesar de que un objetivo nuevo reemplace a uno más antiguo sea como mínimo un 40% más caro. Sii (que en matemáticas debe leerse como «Si, y solo si») ocurre un milagro y el Sr.Canon entra en razón podríamos librarnos de esta inmensa losa. En nuestra mano está, bueno, más bien en nuestro dedo. Si ante semejante atropello respondiéramos con una «Peineta Barceniana», quizás otro gallo nos cantara. Amen.
Nota tonta: este artículo será publicado en la prestigiosa revista Nature en su edición de enero, para que aplicando el método científico, sea divulgada entre la comunidad científica (valga la redundancia) y sus hipótesis puedan ser corroboradas por otros equipos de investigadores independientes.
Final:
Huy, pero que bélico me he levantado hoy. ¿ Como es posible ? Pero si España va bien y todo son brotes verdes. Lo dice nuesrtro comandante en jefe y como habla muy poco ¿ como no lo voy a creer ? Voy a tomarme una tila.
😀
Buenísimo!!!
+1
Adolfo me lo paso pipa con estas entradas.