Y Panasonic un día quiso hacer un telefonillo, y como no es lo suyo le salió un artilugio que se llamó y se llama Lumix DMC CM1, que viene a ser como una Samsung Galaxy Camera, pero con sensor grande de 1″ y la «L» de Lumix.
Me temo que el experimento no le salió demasiado bien, entre otros pequeños detalles porque le puso un simpático precio de unos 1.000 dólares.
Hoy lo analiza Photography Blog, y aunque no lance sobre él una botella de nitrógeno líquido, tampoco es que anime al personal a salir corriendo a las tiendas.
Como nota global le otorga un 7,6 sobre 10 y en calidad de imagen un 9 sobre 10, que no está nada mal. Sin embargo la valoración final es de «cosa recomendable, a secas», imagino que por el precio.
El mensaje es claro: «yo que tu, no lo haría, forastero».
Pienso que los fabricantes de compactas sencilla debería declararse ya de una vez por todas «derrotaos», y dedicarse a compactas de 1″ para arriba. Los telefonillos han devorado ya todo lo demás, y resistirse es prolongar una lenta agonía que solo puede tener un final.
Bueno, y si después de estos catastrofistas mensajes, aún tenéis ganas, aquí hay más:
Pues a mi estos experimentos me encantan. La capacidad de una compacta con calidad y las prestaciones que te da hoy día cualquier «telefonillo». Pero lo que está claro es que el precio marca la diferencia. Una pena.
Om Shanti.