Muy breve:
Ni a Iker Morán ni a Álvaro Méndez se les caen los anillos por analizar un telefonillo de baja gama, y es que la lista de prestaciones de un artilugio que por fuera es como todos los demás y responde al nombre de Kazam Trooper 450 es como para echarse a llorar, por lo menos hasta que te cuentan que su precio es solo de 85 euros. A partir de entonces el panorama cambia totalmente de aspecto y hasta puede acabar resultándote simpático.
Yo, por mi parte, prometo solemnemente continuar con mi «stupidphone» Nokia 6610i del año 2005 mientras aún le funciona la batería o algún fabricante saque de una puñetera vez un telefonillo con pantalla e-ink y solo e-ink. como decían los antiguos faraones: «que así se escriba y así se cumpla».