Yo tengo un estupendo fotómetro Gossen que languidece ya hace unos cuantos años dentro de la bolsa de la Hassel en el fondo de un armario en mi casa.
Desde que trabajo, juego, uso, o sufro el digital, no he vuelto a usarlo. La inmediatez y el histograma tienen la culpa.
- ¿ Cuantos de vosotros usáis ahora un fotómetro externo, al menos en foto de aficionado ?
- ¿ Cuantos de vosotros lo habéis echado en falta en los últimos digitales tiempos ?
- ¿ Cuantos de vosotros lleváis encima permanentemente un telefonillo presuntamente inteligente ?
- ¿ A cuantos de vosotros os gustaría llevar encima siempre un fotómetro como dios manda ?
Bueno, son preguntas sin respuesta, al menos yo no la se, salvo la tercera, en la que podríamos decir que: todos menos yo.
En realidad lo único que os quería contar con todo este lío preguntatorio en el que me he metido yo solito y del cual no se salir con un mínimo de dignidad (es «la calor», ya sabéis), era que existe un «artilugio pelotillero» que se llama LxMeter y que insertado con un jack en vuestro «smart-telefonillo» y ayudado por la correspondiente «app», lo convierte en un estupendo fotómetro tanto para luz fija como para flash.
Haberlo, haylo en dos versiones: la más barata cuesta 59 euros, y la más cara, que se llama «P» y de la cual no dan el precio, viene además con un estuche la mar de chulo y una especie de visera que permite mejores lecturas de la luz en superficies planas tales como libros o pinturas.
Incrédulos como sois yo venía preparado con este video demo.
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=Ek2S_Xlcx60[/youtube]
Y si aún así seguís albergando dudas de fe, todas ellas quedarán totalmente disipadas ampliándolas (la información, no las dudas) en estos oráculos que os pongo a continuación.