Especie: vírica
Subespecie: Motorola
Cepa: Moto G
Morbilidad: 5 sobre 5
Y parecía inofensivo ¿ no ?
Yo no soy telefonillero, y por tanto este no es un blog telefonillero, pero hay que reconocer que si un científico loco pagado por las fuerzas militares más poderosas del mundo mundial hubiera producido un virus letal de destrucción masiva, ni en sus mejores sueños habría pensado en llegar a una penetración tal como la que hoy en día tienen estos artilugios que todos llevamos en el bolsillo y a los que todos nos sometemos humildemente aceptando estoicamente la servidumbre de estar constantemente escuchando la campanita de «WhatsApp» recibido, enviado, etc… con los contenidos más chorras y prescindibles posibles.
Así pues, contaminados todos como estamos para siempre jamás, por aquello del interés general os cuento que Alberto Ballestín nos cuenta las virulentas virtudes de una especie de rancio abolengo y ya casi desaparecida: «Motorola» en la cepa cuya variedad lleva el nombre «Moto G».
Hala, que lo disfrutéis con salud y alegría, y recordad que contra un virus no hay medicación posible. Solo os puedo prescribir cuidados paliativos y encomendarse a todos los santos del cielo, demonios del infierno y políticos y banqueros de este mundo, para que nuestro aletargado sistema inmunológico reaccione finalmente contra ellos y envíe finalmente a los telefonillos, bueno no a todos, más bien a los smartphones, a los fabricantes y a los operadores que hacen su agosto, a los proveedores de servicios, a los fabricantes de aplicaciones, y a todo el circo en general, allí a donde y de donde nunca debieron salir.
¿ Hay un cierto tufillo dinosaurico en lo que digo ? Reconozco que si, pero es que no me acaba de entrar en la cabeza que buena parte de nuestro tiempo útil y de nuestro presupuesto lo gastemos en estas cosas. Si, lo reconozco. Soy un dinosaurio, y no es un tema de edad, es un tema de neuronas y de estructura mental.
Ya me callo. Este es el análisis: Que sabes de
+1
jajajaja