Apenas me puedo creer que el bueno de Kevin Raber, el socio de Michael Reichmann en eso de Luminous-Lanscape y persona sensata acostumbrada a productos de alta gama, haya caído en la tentación de jugar un rato con esa cosa extraña que ha salido también de unos laboratorios de gente presuntamente sesuda como son los chicos de DxO. Me refiero al artilugio que han llamado DxO One y que solo funciona enchufado «físicamente» a un iPhone, siendo una especie de Sony QX, pero «wirewith» y no «wireless».
En fin, todo el mundo tiene derecho a cometer un desliz en su vida, y si no, veamos a los políticos, que se pasan la vida deslizándose y arruinando nuestras vidas y encima les votamos cada poco.
Bueno, aquí veréis al bueno de Kevin disfrutando con su juguetito.
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=F42q3wSdklE[/youtube]
Todo lo demás lo veréis en el amplísimo artículo que empieza así (traducción libre de la que me declaro totalmente culpable):
Esperaba ansiosamente la oportunidad de probar el DxO One desde que se anunció por primera vez. Me apasionan las nuevas tecnologías y el DxO One tiene la pinta de ser una de ellas. La pregunta es si el DxO One cumplirá mis expectativas y se adaptará a mis necesidades.
No puedo evitar intuir un leve «tufillo publireportajoso» al asunto, pero es que yo soy muy malpensado. En cualquier caso ¿ quien no ha pasado por un estado de enajenación mental transitoria alguna vez en su vida ?
Bueno, sea como sea, los viciosillos podréis colmar vuestros más inconfesables deseos aquí. Yo no se lo diré a nadie, estar tranquilos.