Sin comentarios.
Aunque creo recordar vagamente que en mi tierna infancia mi padre me regaló una escopeta de balines y yo alguna vez hice alguna excursión por el bosque “asesinando gorriones y lagartijas”, soy desde que yo recuerde un acérrimo detractor de todo artilugio bélico.
Pero hay excepciones. El invento que veo hoy en «Que sabes de» me ha llegado al alma y solo puedo decir que para protección del sufrido ciudadano de a pié debería haber uno de estos colgados en cada farola.
He dicho, y que no se me enfade nadie. Uno tiene sus manías.
Al que verdaderamente le llegó, (pero no al alma si no a los dátiles), fueron las helices del dron que medio le cortó dos o tres dedos al nene de Julio Iglesias en mediodel concierto.
Él volvió al escenario como si nada, pero me apuesto las criadillas a que en esos momentos se estaba acordando de toda la familia la viva la no viva (más bien ésta última) del que fabricó el dichoso artefacto.
Y sin embargo, dicho inventor no tiene la culpa de que dicho sujeto sea tonto y vaya metiendo la lengua en los temibles y maleficos ventiladores.