Germán Pierre anda enloquecido haciendo «remakes» de sus análisis más antiguos. Hoy le toca el turno al veterano Nikkor AF-S 35mmF1,8 G DX que ya fue sometido a tortura en el 2009 con una Nikon D300 cuando solo llevábamos 1 año de crisis. Ahora llevamos 8 (y lo que te rondaré, morena) y lo reanaliza con la Nikon D7200.
No hay nada nuevo. Es un objetivo simplemente discreto y que hoy en día tiene muchas otras alternativas de mayor calidad, aunque también de mayor precio.
Cuando no existían objetivos de «kit» simplemente porque no había «kits», este era uno de los objetivos de «kit» que no existían, cuando quien más quien menos en su mas tierna infancia peliculera comprábamos nuestra primera maquinita con consabido objetivo de 50mm, que presuntamente era el «normal». Muchos años después casi todos entendimos que el 35mm era el objetivo más versátil que existe, y puestos a tener solo uno, mejor este que el 50mm, pero como muy bien decía el camarero francés de la extraordinaria película «Irma la Dulce»: esa es otra historia.