El otro día, intentando hacer limpieza de un armario, me topé con toda la parafernalia de mi laboratorio de blanco y negro encabezado por una ampliadora Meopta Opemus 6 con un cabezal multigrado y un par de objetivos Schneider-Kreuznach (uno para paso universal y otro para 6×6), siguiendo después por el marginador, las cubetas, una lupa de enfoque, un temporizador digital que me diseñé y autcosntruí, e incluso una cajita con unos cuantos pinceles de retoque y tres frasquitos de pigmentos grises.
Pensé, ostras, ¿ y que sentido tiene guardar todo esto ?, ¿ lo vas a utilizar alguna vez ? La respuesta real es que no. La respuesta excusa que me busqué es que guardándolo le podría explicar algún día a mi nieto o nietos (que aún no tengo) cómo se hacían las fotografías hace muchísimos años. En realidad no se si acabaré o no teniendo algún nieto, pero de lo que estoy casi seguro es que si lo tuviera le importaría un carajo saber como se hacían las fotos en el plesistoceno y aún suponiendo que alguna vez pudiera encerrarlo en un cuarto oscuro seguro que su frustración sería mayúscula al ver que tocando o arrastrando la imagen proyectada en el marginador no pasaba nada.
Bueno, si más no, esa excusa de mal pagador me sirvió para no aliviar el armario y dejar al laboratorio de BN en el mismo sitio justo debajo de la estantería donde duerme el sueño de los justos la bolsa Hassel con sus tres objetivos que tantos buenos ratos me ha proporcionado.
¿ Por qué me habrá venido esa idea a mi cabezota justo al ver al artículo que acaba de publicar nuestro querido profe que ha titulado: «Experiencia de manejo de la Hassel 903SWC», que complementa a la perfección a su otro artículo de hace unos días: «Hassel presenta una «mirrorles» de 6×6″ del que ya hablamos aquí: Ftc 9-5-2016 ? ¿ Por qué habrá sido ? Que cosas nos pasan a los abueletes.
Y yo que me acabo de «agenciar» una Bronica EC-TL, que no se si sera lo mismo -en sensaciones- que una Hassy, pero la ceremonia de cargar la pelicula, darle a la manivela de arrastre, oir como se «monta» el obturador y el «claa-aca!» del mismo al «retornar»… pues que quieres que te diga…
Lo del laboratorio, algun dia, creo, cuando me jubile y tenga tiempo. De momento espero que el pulso me siga acompañando para no temblequear mucho mientras tanto…