Pues eso, que las leyes de la física son muy tozudas, que la óptica forma parte de la física, y que lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible.
Un todoterreno será siempre un todoterreno, y por tanto un desafío óptico, y a la óptica (y a la física en general) no le gusta que la desafíen.
Este introito filosoficomoral no tiene otro objeto que explicaros que en el análisis que los chicos de Photography Blog le han hecho al cristalito Canon EF-S 18-135mm f/3.5-5.6 IS USM, si, ese nuevecito que ha salido con la EOS 80D y que permite un motorcito para mover el zoom para mayor gloria del video, le han otorgado una nota global de 8,2 sobre 10 y en calidad de imagen un 7 sobre 10, lo que para los baremos que se gasta esta WEB son puntuaciones entre malas y discretas. La valoración global la despachan con un lacónico «objetivo recomendable, a secas».
Como siempre pasa, si miráis la galería que está hecha con la EOS 80D, seguro que pensáis: «coño» (con perdón), pues tampoco está tan mal. Es lo que hay. Si quieres tener la comodidad y versatilidad de llevar siempre montado un 29-216mm equivalente, hay que pagar un precio en calidad. El delicado equilibrio calidad/versatilidad es una ecuación difícil de resolver.