Yo creo que esta técnica es incluso mucho más complicada que la del HDR, pero sin duda que puede ofrecer resultados espectaculares, sobre todo para los maniáticos y obsesos de la nitidez, como yo.
¿ Tiene sentido haberse dejado los ahorros en una maquinita hipermegapixelada para después obtener una imagen que solo tiene un plano enfocado de profundidad nula ? Jo, tu, que pregunta. No seré yo quien se meta en el jardín de responderla y menos de cuestionar o defender el «sobremuestreo»
El autor acaba con esta concusión que yo os expongo aquí en liberrísima traducción casera.
¿ Vale la pena el esfuerzo ?
En resumen, la respuesta es sí. Si vas a imprimir la imagen en tamaños muy grandes o piensas en vender tu obra, habrá merecido la pena el tiempo empleado en las tomas y el posproceso. Hay que hacer bien las cosas desde el pricipio pensando en el resultado final.
En algunos casos, sí, se puede hacer en una sola toma, pero ¿ a qué costo para la resolución y detalle de la imagen final ? En casos como el de la imagen utilizada como ejemplo en este artículo, este método garantiza que se puede lograr la casi perfecta nitidez en toda la profundidad del encuadre. Si te tomas tu trabajo, y créeme, puede ser un montón de trabajo, el resultado es que definitivamente el esfuerzo vale la pena.
Ya veis, según él, si.
Hete aquí las cuatro páginas del tutorial. Que seáis felices.
- Shooting the Scene
- Post Processing Part 1: Stacking and Blending
- Post Processing Part 2: Devil in the Details
- Post Processing Part 3: Blend and Clone
Nota tonta: yo tengo un método mucho más sencillo que todo eso. Dejamos la bolsa de la DSLR y todos sus objetivos en casa y nos echamos al campo con una compacta de sensor pequeño y un solo botón «push and shot», et voilá……..
Yo donde realizo esta técnica más habitualmente es en estudio con esculturas, cuadros con relieves, o con ciertas fotografías de gastronomía. Cuando necesitas que se aprecie la textura en toda una pieza de arte, es imposible lograr en un solo disparo que toda la toma este a foco y por lo tanto es indispensable el uso de esta técnica, en la que cada imagen final puede tener entre 20 o 50 exposiciones con diferente enfoque. Solo cuando ves una imagen fotografiada con este método, y otra que por bien que hayas calculado la hiperfocal, te das cuenta que el circulo de confusión (CoC)es toda una referencia. No hay comparación posible, pero como dices Adolfo, el curro en si lo tiene que exigir. Es una técnica complicada, porque aún con los mejores programas para hacer el «staking», se te puede escapar un área fuera de foco. Si vas a imprimir incluso un A3, puede que ni te merezca la pena, pero cuando necesitas grandes ampliaciones, o hacer un buen zoom para mostrar el detalle en una página web, esta técnica es la salvación. Y, permíteme que me ponga un poco poético, a veces semejante nitidez te provoca que irremediablemente dos lágrimas saladas se precipiten sobre tu teclado con un entrecortado suspiro hondo y profundo, exhalando un… «la hostia»… 😉