Enloquezco. En este primer día de agosto cuando uno suponía a nuestro querido chicarrón del norte o bien en su Bilbao natal o bien en el aeropuerto en busca de un exótico destino vacacional y desconectador, voy y me encuentro con un extraño análisis en el que en compañía de su inseparable Álvaro Méndez nos cuentan cosas de una cámara de esas desestabilizantes pues no sabes si va o viene y con la que Sony ha decidido rivalizar con Rajoy en su ambigüedad y planes. La Alfa 68, pura SLT ella.
Buena prueba de ello son los dos párrafos introductorios del artículo que os plantifico aquí tal cual.
Cada poco tiempo Sony se ocupa de desmentir los rumores que ponen fecha de caducidad a su sistema SLT. Y es cierto que, para demostrarlo, sigue desarrollando ópticas con bayoneta Alpha, que es posiblemente la única y mejor manera de comprometerse con el futuro de una montura.
En cualquier caso, es difícil tener la sencilla Sony A68 entre las manos y no sentir esa sensación de estar ante un modelo fuera de sitio y difícil de encajar en la estrategia de la compañía. Con las A7 triunfando, las RX reinventando las compactas y las A5000 y A6000 tentando a los que buscan algo más ligero, ¿qué sentido tiene seguir hablando de espejos semitransparentes?
Después de eso está todo lo demás, incluido un buen surtido de JPG y RAW’s.
Las preguntas del millón podrían ser estas.
- ¿ Tiene futuro el mundo SLT Sony ?
- ¿ Tiene futuro el mundo cristalero Sony A ?
- ¿ Está jugando Sony con sus usuarios SLT-A ?
Solo me atrevo a contestar a la última con un rotundo SI.