Si la sangre no os marea y la primera escena de la película «Salvar al sondado Ryan» os parece una tontería, entonces si, entonces estáis preparados para contemplar de principio a fin la autopsia controlada del que antes de ella fue un flamante Nikon 105mm F1.4.
Sus afligidos ruegan una oración por sus violadas tripitas y se preguntan sin cesar: ¿ era necesario eso ?
Doy por descontado que el cristalito nunca más fue reconstruido y mucho menos puesto delante de una cámara.
- Lo cuenta Dpreview, pero el desalmado patólogo forense es el malvado Roger Cicala de Lens Rentals