Peregrino fotográfico ataviado para los tiempos modernos.
En este simpático mundo que estamos creando entre todos parece ser que la única forma de transportar un equipo fotográfico en un avión va a ser llevarlo colgado de una cuerda de no menos de 200 metros de longitud que sacaremos por la ventana a las órdenes del correspondiente aeromozo o aeromoza.
El transporte relajado y tranquilo en crucero de lujo se volverá a imponer, por lo menos hasta que les entre la paranoia también en el mar. Entonces tendremos que ir andando.
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En términos de seguridad ya esta inventado el método, basta con enseñar al de seguridad de turno, la cámara desmontada de objetivo y hacer un disparo, luego enseñar el objetivo a través de la lente, volver a montar todo y hacer un último disparo para ver que la cámara funciona correctamente y la foto sale, dudo que ningún terrorista, tenga la capacidad de implementar a una cámara totalmente operativa un dispositivo extra con fines letales. Este sistema, se usa con éxito 100×100 desde décadas en controles de equipo cuando se va a hacer fotos a autoridades de primer orden.
Problema resuelto, si se quiere, por supuesto…