El culebrón de la renovación de mi equipo: 1.- Mi experiencia con la Canon EOS 5D Mark IV.

Al final bien, pero carísima.

Pues eso, mi experiencia con mi nueva Canon EOS 5D Mark IV es muy positiva, y ya está.

¿ Como, que no tenéis bastante con eso ? Pero como sois. Bueno, vale, imagino que con eso no os vais a quedar demasiado contentos, y mucho menos después de «leerme» despotricar de ella hasta la saciedad. Así que os cuento un poquillo más.

Hace ya tiempo que tenía pensado darle el relevo a mi veterana Canon EOS 5D Mark II y paisajista como soy esperaba el advenimiento de una cámara más pixelada y con un AF más seguro. La 5D Mark III ya estaba un poco vieja y entonces apareció la pareja 5DS/5DS-R y me dije, «esta es la mía». Pero los primeros análisis dejaron claro que aunque el rango dinámico había mejorado un poco el ruido dejaba bastante que desear y era visible en zonas de sombra desde sensibilidades muy bajas. Eso para mi estaba feo pues yo suelo aclarar un poco las sombras al revelar el RAW, y eso junto a la exigencia extrema que suponen 50 Mpixels para los objetivos zoom’s que yo uso hizo que siguiera esperando.

La 5D Mark IV apareció más tarde y aunque para mi gusto 30 Mpixels me parecieron «en principio» pocos, es posible que la cámara fuera muy buena. Lo que si me desanimó fue el carísimo precio rozando en el ridículo que le puso el Sr.Canon.

Me miré con mucho cariños todos los test y análisis que fueron apareciendo en su día y enseguida saqué la conclusión de que por la razón que fuera la cámara no parecía tener la nitidez correspondiente a los 30 Mpixels de su sensor. Las concienzudas pruebas que hizo Germán Pierre y de las que ya hablamos aquí lo corroboraban sin lugar a duda: Ftc 3-7-2017

La 5D4 parecía muy mejorada en rango dinámico y ruido, con un AF sofisticado, preciso, seguro y repetitivo. Pero en nitidez dejaba bastante que desear. La razón imponía continuar el compás de espera hasta que el Sr.Canon sacara una nueva DSLR que seguramente sería la 5DS-R Mark II que ya no tuviera los problemas de ruido de la anterior.

Pero los años van pasando, los poltergueist de todo tipo, especialmente de edad y salud, no se olvidad de mi, y los pocos años buenos que me quedan se esfuman a velocidad de vértigo.

Pensé en cambiar definitivamente de sistema y entregarme en manos de Nikon (D850) o de Sony (Alfa 7RII o III) pero consideré, quizás equivocadamente, que ya estoy un poco mayor para cambiar de sistema y de mi forma de jugar/trabajar y además la suculenta Pensión de mi Señora Fátima Bañez tampoco da para muchas alegría, vamos, para ninguna, así que al final decidí agenciarme una 5D Mark IV a pesar de su ridículo precio con la autosugestión de que ya me adaptaría a ella.

A pesar de que es bastante parecida a mi 5D Mark II, me costó un poco hacerme a los menús y configuraciones por la enorme cantidad de parámetros a configurar, pero pasado ese capítulo y saliendo con la cámara a la calle todo han sido buenas sensaciones.

Como paisajista que soy yo no le exijo mucho a una cámara y lo que le exijo lo cumple la 5D Mark IV sobradamente. Solo haré aquí un breve apunte de lo que uso y me ha gustado un montón.

• La medición es muy precisa y en formato matricial resuelve con mucha solvencia situaciones ciertamente complicadas. Su rango dinámico, ciertamente ampliado respecto a la 5D2 evita siempre que es posible hundir las sombras o quemar las luces. Una sorpresa muy agradable.
• El AF es extraordinario. Normalmente enfoco en el centro, pero para composiciones delicadas utilizo cualquiera de los puntos en cruz que cubren bastante área del encuadre y funcionan igual de bien. Es una gozada enfocar 4 ó 5 veces y comprobar que a la primera lo clava y el resto de las veces el objetivo ni se mueve.
• El visor con cobertura del 100% es exquisito a la hora de componer y he comprobado que corresponde perfectamente con la imagen captada. Toda una gozada para que no se te cuelen cosas en la composición.
• Las ayudas como la visualización de la trama y el nivel, cosas que no tenía en la 5D2, son rapidísimas y ayudan un montón cuando hay agua, lagos, etc….. tan habituales en mis queridas montañas.

Y dejo para el final el «peludo tema de la nitidez».

• No hay que ser un premio Nobel en óptica cuántica para ver que no estamos hablando de una Nikon ni una Sony, pero la nitidez que ofrece, incluso en fotografía de paisaje, es suficiente para contentar incluso a un «perapuñetas» como yo.
• El JPG no es que sea muy allá, aunque no he trabajado con los perfiles para mejorarlo. Yo siempre trabajo en RAW. Este es bastante más suave que el de la 5D2, pero revelándolo adecuadamente (pero tampoco sin forzar mucho, no creáis) se le puede sacar mucho sin que aparezcan «artefactos» raros, y la sensación de nitidez final es muy buena. La mejora en rango dinámico se nota, vaya que si se nota, y por fin las nubes blancas tienen textura siempre que el contraste no sea brutal. El ruido a ISO bajo (yo siempre que puedo trabajo a 100) es imperceptible y permite subir bastantes las sombras sin que aparezca grano.

En fin, que para lo que yo hago no necesito nada más para ser feliz.

Así que después de haber despotricado a la saciedad de esta maquinita, ahora resulta que estoy encantado con ella y hasta me atrevo a decir sin que sirva de precedente ni siente jurisprudencia que la recomendaría a cualquier canonista que no quiera tirar toda su cristalería por la ventana y transfugarse a Nikon o a Sony. Para foto tranquila y en RAW, con precierre de espejo y temporización de 2 seg y con trípode, a mi me va de maravilla. Para otro tipo de fotografía, no lo se, porque no lo he probado.

Eso si, no puedo acabar sin decir que esta cámara a 3.000 euros, que ya es «pasta» hubiera quedado mucho más guapa.

Fin del capítulo I. No os perdáis el apasionante capítulo II: Mi profundo desengaño con el “nuevo” Canon EF 24-70F2.8 L II.