Yo vengo de una época muy antigua en que las compañías tenían más o menos valor en función de lo que tenían o producían. Ahora buena parte del valor de una compañía «se fabrica» en función de quien las compra o a quien se venden.
Por eso me declaro absolutamente incompetente para valorar las consecuencias físicas, químicas, económicas o morales que una compra, absorción, abducción, OPA o trituración como esta puede suponer, así que lo único que me queda es desear lo que dedeo siempre: sea lo que sea, bienvenido sea, y que sea para bien. Amén.
- Lo acabo de ver en Photo Rumors
- Y mucho después en Photolari