Ya sabéis que a mi los drones no me caen muy bien. Aunque reconozco su inmensa utilidad para aplicaciones profesionales pilotados por gente entrenada, en manos de aficionados que lo han comprado en «los chinos» me parecen un verdadero peligro. Por eso, y a pesar de haberlo visto en muchos sitios, solo os puse una brevísima reseña hace algo más de una semana: Ftc 8-6-2018 de la última máquina voladora de Parrot, que es uno de los fabricantes más conocidos de este tipo de bombas volantes.
Sin embargo hoy veo que lo cuenta Álvaro Méndez (y en castellano) y os pongo algunas cosillas más. Siempre puede haber algún viciosillo al que le interesen estas cosas, el cielo le perdone.
El culpable absoluto:
Las evoluciones de la criatura:
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