Seré brevísimo, pero esto me ha entusiasmado y os lo tenía que contar.
Yo cuando era joven era «audiófilo», un enamorado de la «Hi-Fi» en su máxima expresión. Nunca pude tener equipos de campanillas, pero alguno relativamente decente, si.
Por mi edad empecé con el vinilo, naturalmente, y después fui un entusiasta del CD hasta que experimenté en propia carne que el vinilo suena mejor.
Como iba perdiendo oído, en 1991 me operaron de los dos oídos en una operación que se llama «estapedectomía», que es mejor no sepáis lo que es. Con ello gané nivel auditivo pero perdí totalmente calidad de audición. Quizás sea por eso que pasó a primer plano mi otra afición, que era y es la fotografía. Ya sabéis lo que habéis salido perdiendo con ello.
También confieso que de joven fui radioaficionado, con indicativo y todo. En 1994 lo dejé todo por motivos de trabajo y me olvidé del tema hasta hace muy poco en que me ha vuelto a picar el gusanillo. He podido comprar un equipo decentito de segunda mano, he hablado con la administración competente y he podido recupear mi antiguo indicativo que aún estaba libre, he montado un par de sencillas antenas, y de vez en cuando vuelvo a hacer mis pinitos en radio hablando con los pocos «colegas» que aún quedan por ahí. En un mundo en que todos llevamos en el bolsillo un artilugio que permite comunicar con cualquier punto del mundo en cualquier momento y además en video, la afición a la radio ha pasado a ser un nicho de nostálgicos con menos futuro que las compactas de sensor pequeño.
Y ahora diréis, coño, ¿ pero no ibas a ser breve ? Si, es verdad, ya voy al grano.
Ayer, hablando por radio con un colega, estuvimos comentando los viejos tiempos de Sonimag, del stand de radio que se montaba en la extinta feria, y de ahí pasamos a la música y a los equipos reproductores. Salió la inevitable polémica de ¿ que suena mejor, un CD o un vinilo, lo digital o lo analógico ?, y hablando y hablando aparecieron los lectores ópticos lasers de vinilos. Poco menos que enloquezco. No sabía nada del tema y en un principio creí que me tomaban el pelo.
Esta mañana y ya con más calma le he preguntado al sabio Google, y parece que si, que los lectores ópticos de vinilo existen. Tal parece que fue una «cabezonería» de un audiófilo que se llama Sanju Chiba que fundó una empresa que creo aún existe y por lo poco que he podido leer es la única que fabrica lectores de este tipo. Naturalmente los lectores no son baratos, pero es que al público objetivo de este tipo de aparato esos pequeños detalles no le preocupan.
Lo más interesante del caso es que la cabezonería viene de largo, pues en los 90 parece que ya aparecieron los primeros prototipos, casi justo con el nacimiento del CD. Los agoreros enterraron el invento en post de lo digital antes incluso de nacer.
La gracia del asunto, como veréis a partir de lo que os pongo a continuación, es que todo el proceso, a pesar de leer el surco con un láser, es totalmente analógico de punta a rabo. No hay ninguna conversión a digital en ningún punto del proceso y eso hace extasiarse al purista que tiene una buena colección de vinilos bien prensados y con poco uso. Ahora podrá escucharlos una y mil veces sin desgastarlos, y lo único que tendrá que hacer es limpiarlos como siempre pues el láser no solo lee el surco, le también el polvo y toda la porquería que hay alrededor.
Incluso con mi oreja actual, totalmente inoperativa como audiófila, me encantaría oír uno de estos «tocadiscos» con un equipo de campanillas detrás. Soy amigo de una tienda audiófila aquí en Barcelona y en cuanto tenga posibilidad intentaré pedir que me hagan una demo. Si lo consigo, os lo contaré.
Tomad todo esto como un simple divertimento tecnológico, pero a mi me ha parecido muy, pero que muy interesante, y por eso lo comparto.
Este es el inventor hablando de su invento.
Y unos cuantos enlaces que he visto en Google
- Tecno Vortex
- Vinilo Adictos
- Wikipedia
- La página de la empresa que lo fabrica www.elpj.com/
http://www.elmundo.es/tecnologia/2018/04/16/5ad47c0346163ff32c8b461b.html
Si, eso ya lo había leido alguna vez, pero solo afecta a la manera de crear el master que luego va a prensar los discos de vinilo. Las cápsulas actuales y naturalmente también el lector óptico los podrán leer. Veremos, bueno, oiremos, que tal sale el invento. El vinilo, al igual que la película, está volviendo pero se estancará en un nicho de mercado muy estrecho y un tanto selecto que me parece estupendamente bien que exista.