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Mi próxima tele seguro que será OLED.

– chapeau, chapeau, chapeau y chapeau –

Esto no es una sesuda reflexión producto de un sesudo análisis a fondo. Simplemente debéis considerarlo como un consejo de amigo sincero y leal.

Ayer estuve con un amigo mirando mis fotos en un televisor OLED LG 4K de 55 pulgadas que compró hace ahora unos 2 años. No le costó barato, sobre unos 1.900 euros, pero os aseguro que a poco que mi pensión me lo permita, mi próximo televisor será un OLED y seguramente LG. Nada que ver, pero absolutamente nada que ver con el QLED de Samsung.

Los negros eran, como ya se puede suponer, negros de verdad, y eso se agradece y muco pues contribuyen a realzar el contraste y el rango dinámico, pero lo que más agradablemente me sorprendió fue su gradación tonal. Las fotos eran mías, y yo se como las revelo. Se donde hay información en los negros y se donde ya no la hay, y se donde las luces están quemadas y donde aún hay textura.

Me llevé un pen-drive con las fotos JPG y lo conectamos directamente a la tele. Podría haberme llevado los TIF, enchufarlo a un ordenata, y conectarme a la tele por HDMI. Hubiera sido aún mejor, pero no lo hicimos así. Vimos directamente las JPG, tanto en color como en blanco y negro.

Pues bien, aún así y viendo mis fotos en la tele, tuve una doble sensación: 1.- estar otra vez delante de las antiguas y fascinantes proyecciones de diapositivas Velvia, y 2.- estar delante de mi PC portátil fotográfico calibrado por Hugo Rodríguez revelando mis fotos en mis queridas montañas.

Como colofón a todo esto estuvimos viendo este video de You Tube en 4K. Es un video de paisajes noruegos, exquisito y delicado, extraordinariamente cuidado en todo y donde la gradación tonal era exquisita desde los negros profundos a los blancos más brillantes. Nada se iba de rango y la sensación global era de paz y sosiego, como la que transmitían las antiguas teles de plasma, pero con una nitidez y una gama de color que tiraba de espaldas.

Mucho se ha argumentado sobre la fiabilidad del sistema OLED, sobre que se agota muy rápido y sobre el efecto de persistencia que hace que con el tiempo la pantalla quede grabada. Yo no se si será verdad, pero lo único que os puedo decir es que después de dos años de uso bastante intensivo la tele de mi amigo no ha presentado aún ningún signo de degradación.

Mi próxima tele, cuando mis amas y señoras Fátima Báñez y Magdalena Valerio me lo permitan, será, sin duda alguna, OLED y muy probablemente LG.

Palabra de Adolfo, de verdad.

Nota tonta: si esto parece un publireportaje, os aseguro que no lo es, es producto solo del asombro y la fascinación con la que salí ayer de casa de mi amigo.

adolfo

4 comentarios

  1. Pues yo ya llevo un par de años viendo las fotos en un 4K de 65 pulgadas ( no diré marca), y se ven de escándalo.

    Lo compré acaso hecho para éste menester. Cuando algún vecino me preguntaba que para que quería semejante caharro, si no lo iba a aprovechar para nada, yo le decía, es que me va lo de burro grande…….. 🙂 .

  2. Amigo sincero y leal que deja el logo de lg en una review supuestamente imparcial

    • Aunque no lo creas no hay ningún afan comercial en ello. Simplemente he dicho que la tele de mi amigo es una LG y que hoy en día ningún otro fabricante tiene pantallas OLED, seguramente por temas de «copyright». En el futuro ya veremos.

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