Esto es uno de esos gadgets que pueden ser considerado a la vez como una genialidad o como una inmensa chorrada. Yo recuerdo que en el respaldo peliculero de la Hassel había un receptáculo donde se podía poner el cartoncito del lado del carrete de 120 que se estuviera utilizando. En la mía, cuando me di cuenta de que había muerto víctima de los malignos vapores de una cola descompuesta: Ftc 5-10-2018, aún había la tapa de cartón de la Velvia 100. Ciertamente eran otros tiempos, y para colmo en el armario tengo no menos de 20 cajas de marquitos de diapositivas 6×6 vacios que nunca más cumplirán su función. Hombre, un poco de penita si que da todo esto, ¿ a que si ?
¿ No había nada mejor a lo que dedicar una impresora 3D ? Seguro que si, pero esto tampoco está mal.
No se yo si el promotor se hará rico con este invento, pero tampoco es como para no contarlo.