Yo tenía un primo, y digo tenía porque ya no lo tengo. Se llamaba Ángel y murió hace unos años a los 65 años de edad. Nació con un problema cardiaco y ya de pequeño le cambiaron la válvula mitral del corazón y también otra de la arteria aorta. Quedó muy delicado y eso hizo que de muy joven le concedieran la “invalidez total” y como no podía trabajar tuviera que vivir con una pequeña pensión vitalicia. En cambio eso le permitió dedicarse a lo que más le gustaba, la pintura, y llevar una vida un tanto bohemia. Pintaba muy bien y a lo largo de los años pasó de un estilo figurativo a otro muy abstracto que culminó en los últimos tiempos con cuadros tipo collage donde mezclaba pintura y otros objetos de lo más variado como semillas y otros pequeños objetos. Él los llamaba “atrapats” (atrapados, en catalán). Era un tío cojonudo con una filosofía de vida muy especial y en muchos momentos envidiable. A lo largo de su vida le remplazaron nuevamente las válvulas deterioradas por otras tanto metálicas como orgánicas, creo que hasta tres veces más. Al final su cuerpo no aguantó más y fallaron riñones e hígado, pero vivió bien 45 años haciendo un poco lo que quería y le gustaba. Creo que nunca vendió un cuadro, pero eso también le pasó a Vincent van Gogh, así que no quiere decir nada.
Nosotros fuimos a ver alguna de sus exposiciones y la verdad es que no acabábamos de entender lo que hacía. Sin embargo, y ahí es donde quería llegar, si visitabas después la misma exposición con él, y te iba explicando lo que quería decir el cuadro y las sensaciones que tuvo y que quiso plasmar al pintarlo, la cosa cambiaba totalmente y ya te mirabas las pinturas de otra manera. ¿ Es eso el arte abstracto ?, no lo se, pero quizás si.
Bueno, pues a mí, usando el teleobjetivo que ya os he explicado casi casi he descubierto esta temporada, me ha pasado un poco lo mismo. He pasado de la fotografía figurativa, en mi caso de paisaje, a fotografía abstracta, donde no se ve nada o casi nada, sin embargo transmite sensaciones o al menos a mi me lo parece. Lo que más me ha gustado de todo este proceso es que yo, paseando por el campo, veía la posibilidad de hacer una foto de este tipo, y lo probaba. Aislaba las cosas y en muchos casos utilizaba filtros para hacer sedas. Pensaba, “estas haciendo una abstracción”. Encuadraba y componía cuidadosamente para producir el efecto que buscaba y al final salía algo, la mayoría de las veces irreconocible, pero que si más no era y es curioso.
De las ideas que me venían a la cabeza cuando veía un motivo y lo intentaba. Solo unas pocas daban un resultado razonablemente interesante y en este cuarto capítulo os pongo algunas muestras (muy pocas) de ello.
No veáis en ello una pretensión de que Adolfo por fin y después de 40 años de intentarlo se ha vuelto un artista y al final lo ha conseguido haciendo fotografías irreconocibles. No es eso ni mucho menos. Lo único que os quiero transmitir es que yo he disfrutado como un enano intentando hacer cosas diferentes y que eso lo he conseguido utilizando un rango de focales que prácticamente nunca había usado.
Es un pequeño arroyo y una flor caída y atrapada en una piedra al fondo. Las ondulaciones de la propia agua dan como resultado una combinación de esas que un artista de prestigio podría subastar en Sothebis por varios sueldos mínimos interprofesionales.
Así en estático no se ve demasiado, vaya, no se ve nada, pero en movimiento era precioso. Parecían burbujas que salían de debajo de las piedras. Quitándole toda la poesía al asunto podemos decir que son travesuras del número de Reynols – yo fui ingeniero hace muchos años, sabéis.
Y como colofón un homenaje a mi desaparecido primo Ángel, el artista cuyos últimos trabajos fueron “Atrapats”, como ya he comentado. Esto también son “atrapats”, pero en lugar de “oleos” es hielo. Va por ti, Ángel.
Y ya está. Así se acaba la historia de este otoño. No voy a repetir una despedida que ya hice al final del capítulo 1, así que lo único que voy a poner es esto.
Mucha salud y un abrazo para todos.
Adolfo
Permíteme la licencia:
Hoder!. Me gustan.
Tal vez es que cuando explicas, haces ver cosas. Como te pasaba a tí con tu primo Ángel.
Cuando uno intenta ser creativo, va bien.
Complimenti.
Hola Adolfo:
Gracias por compartir estos momentos. He pasado un buen rato viéndolas y si, aprendiendo. De nuevo gracias por tú tiempo.
Aunque tu otoño tuvo un final brusco e inesperado (como ya nos has contado) veo que ha sido fructífero en cuanto a fotografías y sensaciones.
Te deseo que disfrutes de muchos otoños más, así como de primaveras, veranos e inviernos y que nos los hagas compartir con tus textos y fotos.
También desearía que no fueran interrumpidos por motivos parecidos a este, pero la vida tiene un lado «cruel» que siempre está al acecho.
Un abrazo.
Muy buenas tus fotos otoñales Adolfo.
Gracias por compartirlas.
Me han catalizado para hacer yo lo propio en mi tierra Canaria.
Un abrazo.
Echaba de menos estos post… y una sorpresa ver las galerías de fotos. Me alegra ver que has vuelto!
Me encantan estos post de las fotos, y me encanta que hayas disfrutado y probado cosas nuevas.
Luego, el resto… pues hay que llevarlo lo mejor que se pueda. 🙁 Y que la fotografía te ayude a llevarlo lo mejor posible.
Mucho ánimo.