Esta mañana al abrir el correo me he encontrado que un buen amigo me ha enviado un enlace donde se ven unas cuantas fotografías de la Tierra y la Luna desde diferentes perspectivas. Si hay algo claro en todas ellas es la lección de humildad que ello supone. No somos nada, estamos solos (que sepamos) y es incomprensible que nos estemos haciendo la vida imposible ente nosotros tal como constatamos día a día en los telediarios y la calle.
La última fotografía ya la conocía y siempre me resultado muy interesante, sobre todo porque pone perfectamente de manifiesto lo que he dicho antes. Se le ocurrió al físico y astrónomo Carl Sagan y a mi siempre me ha fascinado, sobre todo por la idea que tuvo.
Esta foto de la Tierra, el «punto azul pálido», es solo una foto del Sistema Solar que tomó la Voyager 1, aproximadamente a 6.437 millones de kilómetros de su hogar. Al bueno de Carl se le ocurrió pedirle a la sonda que orientara su cámara para atrás y tomara una foto. El resultado fue ese.
Aquí hay una parte de lo que contó Sagan sobre la imagen:
«Tuvimos éxito al tomar esa fotografía y, si la miras, ves un punto. Y ya está. Es nuestro hogar. Somos nosotros. En él, todos de quienes hayas oído hablar, cada ser humano que haya vivido, vivirán sus vidas. El conjunto de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de religiones, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y campesino, cada joven pareja enamorada, cada esperanza, cada niño, cada madre y padre, cada inventor y explorador, cada maestro de la moral, cada político corrupto, cada superestrella, cada líder supremo, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie, vivió o vive allí, en una mota de polvo suspendido en un rayo de sol».
El mensaje de Sagan es inmutable: sólo hay una Tierra, por lo que debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para protegerla, principalmente de nosotros mismos
¿ Lo haremos ?, ¿ lo estamos haciendo ?
Una vez tuve ocasión de conocer a un astronauta, me explicaba la importancia de las misiones espaciales, único método de garantizar nuestra subsistencia cuando el mundo ya no sea habitable. No dije nada pero me pareció absolutamente estupido, solo justificado por su interés gremial.