Mañana empiezo otra vez con mi ritmo normal, …………… o quizás no: Euskadi, 40 aniversario de boda.

El bosque de Oma que forma parte de la Reserva natural de Urdabai: un lugar realmente mágico.

Esto es una actualización del mensaje que os puse justo a nuestra vuelta de vacaciones que mantengo al final de esta nota:

Y ya está, con este breve introito de unas cuantas reseñas muy seleccionadas me considero reentrado y a partir de mañana continuaré a mi ritmo habitual como si no hubiera un mañana, o al menos con el que me deje la selección, el revelado y la edición de las 2.200 fotos que me he traído de nuestra visita a Euskadi. Me he metido en un buen lío.

De todas maneras debo confesaros que este pequeño viaje ha tenido o quizás va a tener sus efectos colaterales con el blog. He pasado tres semanas sin tocarlo y haciendo otras cosas que me han gustado mucho, y la verdad es que me he sentido bien, pero que muy bien. Todos tenemos dos «Pepitos Grillos», uno en una oreja personalizado por el «Ángel de la Guardia» y otro en la otra oreja personalizado por cualquiera de las manifestaciones de «Satanás». Este último me está diciendo algo así: ¿ no estarás perdiendo buena parte de lo que te queda de vida malgastando horas y horas y horas escribiendo chorradas en un blog, chorradas que por otra parte no aportan nada nuevo pues otros las han escrito ya antes ? Ostras, pues es como para pensárselo dos veces, ¿ no ?

Ni yo mismo se la respuesta ni lo que haré. Ya lo iremos viendo entre todos.

Mucha salud y un abrazo para todos los que hayáis tenido la santa paciencia de esperarme, y a los otros, también.

Adolfo

Barcelona, 19 de mayo de 2019

El «pescaito» de Getaria: un rodaballo de algo más de 1 Kg.

Nota tonta 1: en Euskadi se come muy, pero que muy bien, pero solo si se cumplen dos condiciones: si no se mira el dinero, o si conoces los sitios. Lo primero, ya sabéis, y lo segundo es muy difícil si vas a los sitios por primera vez. Aún así lo pasamos estupendamente y comimos bien en casi todos los restaurantes, tabernas, tascas y bares donde entramos, pero nos dimos tres «gustitos» pues era un viaje de aniversario, y como somos una Peña como somos y yo os lo cuento todo, esto también os lo contaré.

• Gustito 1: un menú degustación en el restaurante de Karlos Arguiñano en Zarautz, población que fue una de nuestras sedes. Exquisito, delicado, muy buen gusto y asequible.
• Gustito 2: comilona de pescado en Getaria, a 4 Km de Zarautz. Muy bueno, pero muy caro
• Gustito 3: atracón de pinchitos en el barrio viejo de Bilbao. Bien, y razonable de precio.

En ninguno de los tres caso faltó, claro está, un buen Txacolí para regarlo. Como tenía que conducir (fuimos en nuestro coche para poder movernos bien) en cada comida ( de gustito o normal) pedíamos agua y una copita con dos dedos (horizontales) de Txacolí, y así probamos un montón de variedades, todos distintos, pero todos muy buenos.

Nota tonta 2: este es el e-mail que le he escrito a Karlos Arguiñano después nuestra vuelta a Barcelona.

El aprendiz de brujo con el colador mágico al lado del maestro en la puerta de la cocina en Zarautz.

Hola Karlos:

Somos una pareja de Barcelona, Adolfo y Olga, ya jubilados que hemos celebrado nuestros 40 años de casados con un viaje a Euskadi que aunque parezca mentira por la proximidad no lo conocíamos. Hemos estado tres semanas, una en cada provincia, y lo hemos pasado muy bien. Hemos vuelto enamorados de Euskadi, por su paisaje, por la amabilidad de sus gentes y naturalmente por la comida. Teníamos ilusión de comer en tu casa y así lo hicimos nada más llegar el domingo día 28 de abril. Tomamos un menú degustación con Txacoli K5 en el comedor interior (el único que tenía disponibilidad). Nos gustó mucho el menú, el ambiente y el servicio, y tuvimos un momento mágico e inolvidable. Nos hacía mucha ilusión después de haberte visto por la tele un montón de veces, incluso en verano en la pérgola justo delante de la playa.

Desde que yo era muy niño, y ya tengo 65 años, me gustó mucho el bacalao al pil-pil (elemento glorioso de la cocina vasca que debería ser considerado como patrimonio de la humanidad). Muchas veces intenté hacerlo con resultado de siniestro total. Hace ya muchos años una señora de Bilbao que pasaba temporadas de verano en Torredembarra (un pueblo de Tarragona donde también veraneaban mis padres), trajo bacalao e hicimos dos cazuelas a la vez, una la hizo ella y la otra la hice yo. Salio bien, y por fin aprendí a hacer bacalao al pil-pil. Tendría yo entonces unos 45 años. Lo hicimos al estilo clásico, a base de remover y remover, lo que era bastante cansado pero el resultado lo justificaba.

Un día, viendo tu programa de TV, me enseñaste el truco del colador. Desde entonces lo utilizo siempre y es mucho más fácil. Nunca me ha fallado, aunque según la calidad del bacalao y su gelatina sale más o menos espeso, pero siempre muy bueno. Cuando la familia me invita a comer siempre quieren que les haga bacalao al pil-pil y como curiosidad te diré que la última vez mi sobrino, que ya tiene 20 añitos, lo probó y digo algo así: «¿como he podido yo estar 20 años sin conocer esto ?».

El truco del colador debería aparecer en el libro de los hitos de la humanidad y el bacalao al pil-pil en el libro de los logros de la humanidad. Por eso me atreví a pedirle a tu hijo mayor un colador para hacerme la foto con él junto a tu escultura de bronce en la puerta de la cocina del restaurante de Zarautz. Estoy muy serio, pero la verdad es que estaba inmensamente feliz. Tu hijo solo me puso una condición, que te lo contara, y así lo hago ahora.

Un fuerte abrazo Karlos de parte de mi mujer y mío, mucha salud y mucha suerte.

Eskerrik asko eta ez adiorik

Adolfo eta Olga

Barcelona: 18-5-2019

Nota más tonta aún: soy consciente de que hasta ahora no había puesto ninguna foto mía, donde me pudierais ver la cara y la pinta que tengo. Bien, me voy haciendo cada día más mayor y con ello pierdo la vergüenza, así que aún a riesgo de decepcionaros a todos, ahí están.

Este es el mensaje que os puse recien llegado ayer:

Ya vuelvo a estar por aquí: gracias por vuestra paciencia

Entiendo perfectamente que os hayáis mosqueado un poco con el ambiguo mensaje que os puse hace casi tres semanas, pero es que no me apetecía nada contar aquí que iba a estar fuera de mi casa en Barcelona por casi tres semanas. Las paredes oyen y las de internet son finas como el obsoleto papel de fumar, hoy diríamos como una lámina de grafeno.

Sin embargo tampoco quería irme sin decir nada, más que nada para que no os preocuparais. Somos una Peña microscópica pero muy especial, y no os merecíais una «espantá».

No hay misterio ninguno. Hemos hecho con mi mujer un viaje turístico por Euskadi, que a pesar de tenerlo al lado, no lo conocíamos. Es nuestro 40 aniversario de casados y lo hemos celebrado con este pequeño capricho. Por eso os dije que no os preocuparais.

Lo hemos pasado muy bien, nos ha gustado muchísimo y hemos comido como no se puede comer en ningún otro lugar de todas las Españas. Hemos vuelto enamorados de Euskadi, de su paisaje, de sus gentes, y como no, de su gastronomía. Renuncio a haceros un resumen porque me resulta imposible, pero os prometo que hacía muchos años que ni mi mujer ni yo lo pasábamos tan bien.

Yo no se si me podréis perdonar semejante ausencia informadora, pero se lo debía a mi mujer y a mi también me apetecía mucho. Y ya de paso he descubierto que hay vida más allá de «fotochismes».

Gracias a todos por vuestra paciencia, mucha salud y a partir de ahora seguiré mi actividad autoimpuesta como si no hubiera pasado nada. Bueno, eso no es del todo verdad. Por una cuestión de tamaño y peso me he llevado la Sony RX100 IV que me ha ido estupendo para fotos de recuerdo, pero me he vuelto con 2.200 fotos, todas RAW + JPG. Ahora me queda todo el trabajo de seleccionar, revelar, y clasificar las imágenes más representativas para después montar una presentación de diapositivas como reportaje del viaje. Me parece un trabajo inmenso que no se como abordar ni compatibilizar con el blog. Me he metido en un buen lío.

Haré lo que buenamente pueda y al ritmo que pueda aunque el blog se resienta un poquillo. Uno solo tiene dos manos y un teclado.

Mucha salud y un abrazo para todos.

Adolfo.