Como ya no tenemos No-Do, que tiempos aquellos donde todos éramos felices, no había disputas políticas ni competenciales ni separatistas ni siquiera «silloneras», el PODER era uno, grande y libre, y los cines aún tenían un telón que se abría al inicio, iremos directamente a la película que para no ser muy pesada está dividida en dos partes con un corte intermedio (sin publicidad) para que los prostáticos podamos ir a hacer pipí.
Hala, que lo disfrutéis con salud y alegría.